«Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.»
(1 Corintios 15:10)
Pablo no sólo estaba usando una figura retórica en este versículo. Él se refería a un poder real que estaba obrando en su vida. Ese poder se llama favor. ¿Podría usted siquiera pensar que es el favorito de Dios? Pues en realidad ¡sí lo es!
Aunque cometimos grandes pecados en Su contra, Él no nos dio la espalda. Continuó acercándose y alcanzándonos. Dios está determinado a no perdernos.
Él se encuentra tan dispuesto a involucrarse con usted que hizo un juramento ratificado con la sangre de Su propio Hijo. A fin de que Él pudiera cumplir a través de usted todo lo que Él le ha pedido si le permite ser su Señor y gobernar sus asuntos. Alabado sea Dios, ¡eso es gracia!
Sé que sólo le expliqué generalidades de este tema, pero si busca en su Biblia y comienza a estudiarla, obtendrá una revelación directa en su espíritu y se hará una realidad en su vida; y ésta lo convertirá en una persona muy valiente. A medida que medite en ella, más valiente será.
Existen muchas personas que me acusan de ególatra porque expreso con mucha confianza lo que Dios hará por mí. Sin embargo, no es mi ego el que está hablando, sino mi fe. No me alabo a mí mismo, sino al Señor.
Cuando usted reciba una revelación de la gracia, tendrá esa misma clase de valentía. Simplemente alcanzará y tomará las promesas de Dios por fe, pues sabrá que éstas le pertenecen. En Romanos 4:16, leemos: «Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia…». ¿Cuál descendencia? En Gálatas 3:29, se nos explica: «Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa».
Usted es tan heredero de las promesas de Dios como Jesús.
¿Cómo es posible? A través de la gracia.
Y ¿Desea ver gran poder? ¿Anhela que milagros de Dios ocurran a su alrededor? ¿Desea que las calles se saturen con el evangelio? Entonces busque la revelación de la gracia… y ésta ¡sacudirá su vida!