«Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano…»
(Deuteronomio 28:8)

Dios no sólo promete suplir sus necesidades básicas, sino también darle en abundancia. Algunos religiosos podrían discutir acerca de este tema. Sin embargo, la verdad es que no hay nada qué cuestionar, ya que la Palabra lo deja perfectamente claro. Lea otra vez Deuteronomio 28:8.

Analícelo por un minuto. Si usted no posee abundancia ¿para qué necesita un granero? Un granero es un lugar donde se coloca lo extra, la ganancia; es decir, lo más que suficiente.

Si todavía no está claro para usted, el versículo 11 de ese capítulo declara rotundamente: “El Señor hará que tengan sobreabundancia de prosperidad…” (AMPC). Deseo que recuerde esas palabras —sobreabundancia de prosperidad—; pues ésa es la voluntad de Dios para su vida. Cuando acepta a Jesucristo como el Señor de su vida, las bendiciones del Padre vienen sobre usted; no sólo para “sobrevivir”, sino para que posea una prosperidad sobreabundante.

Eso no debería sorprenderlo. Después de todo, si observa la historia de Dios con el ser humano, se percatará de que cuando éste seguía Su camino, recibía provisión abundante. Por ejemplo, todo en el huerto de Edén era bueno. La temperatura era perfecta; la comida se encontraba en los árboles, sólo se tenía que cortar el fruto y ¡comérselo! Había abundancia de oro en el huerto; en otras palabras, Adán y Eva no carecían de nada.

De la misma manera, a Dios le importa su abundancia. Él anhela que usted tenga más que suficiente, que posea buenas cosas, una buena casa, buena comida… ¡todo! ¡Él es el Dios que da más que suficiente!