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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

No se queje, por favor

Kenneth Copeland
«Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.»
(Mateo 18:21-22)

Es importante que reconozcamos que no podemos andar con Dios, y tener un poco de falta de perdón o aceptar un poco de ofensas. Si vamos a vivir con Él, debemos permitirle que Su amor quite toda falta de perdón.

“¡Pero usted no sabe qué tan mal me trataron!”.

¿Dios ya perdonó su pecado? “Sí”.

Entonces, perdónelos. Punto, y fin de la discusión.

Deje de llorar y quejarse por lo herido que se siente. Talvez usted haya sido maltratado; no obstante, ¡supérelo! Todos han sido lastimados de una u otra forma.

Puedo hablarle con claridad y precisión acerca de este tema porque Dios ya me lo ha enseñado. Recuerdo un día cuando me encontraba en casa y me sentía muy deprimido. Acababa de regresar de predicar y me pareció que tan pronto como llegué a casa, tenía que pelear contra el diablo. Me estaba quejando acerca de ello cuando Gloria me dijo algo que no me gustó.

De todos modos, ella no se preocupa por mí —murmuré en mi egoísmo—.

Justo después, el Señor habló a mi corazón y exclamó: No es tu asunto si ella se preocupa por ti o no. Sin embargo, a ti sí te corresponde cuidar de ella.

Entonces, Él agregó algo que nunca olvidaré: ¡Es a Mí a quien le interesa si tú estás herido o no! Tus heridas significan mucho para Mí, pero éstas deberían parecerte insignificantes o nada.

Como Iglesia, necesitamos aprender eso hoy. No debemos darle tanta importancia a nuestras propias heridas, sino remitírselas a Dios. Es necesario que tomemos una lección de los pioneros de la fe.

Personas como Pedro, Juan y aquellos pentecostales que vivieron en la antigüedad, caminaban en las mismas fauces del infierno. Ante las persecuciones que ellos padecían, las nuestras son como un juego de niños. Ellos no terminaban llorando ni quejándose de cómo habían sido heridos, sino declarando: “¡Gloria a Dios, tenemos una oportunidad de sufrir por Su nombre! ¡Qué privilegio!”.

Cuando usted adquiere esa actitud, no es difícil perdonar; pues no se ha enfocado en usted mismo, sino en Dios y Sus propósitos, en Él y Su amor.

Si usted desea descubrir el secreto del verdadero perdón, su enfoque debe permanecer en Dios. Se nos ha encomendado perdonar a otros de la misma manera que Dios nos ha perdonado.

Lectura bíblica: 2 Samuel 24; 1 Reyes 1; 2 Corintios 11

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.