«Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.»
(1 Corintios 13:1-3, NVI)
Si no tengo amor… nada soy.
Para Dios, el amor es el factor determinante. Nada funciona sin éste. Sin amor, los dones del Espíritu no valen nada. Sin amor, su fe no funcionará y sus ofrendas no contarán.
En pocas palabras, usted y yo no podemos llegar a ningún lugar espiritualmente hablando hasta que pongamos nuestra vida de amor en orden. Al meditar en cuán importante es el amor, es sorprendente que no hayamos enfatizado más este tema. Después de todo, el amor es nuestro único mandamiento. Dios no nos dio una larga lista de reglas para memorizar. Ni siquiera tenemos los 10 mandamientos como los israelitas. Jesús sólo nos indicó: « Este es mi [único] mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado». (Juan 15:12).
¿Cómo podemos cumplir con ese único mandamiento? Llevando a cabo algo maravillosamente sencillo: ¡Permaneciendo en comunicación con Jesús! Lo lograremos teniendo comunión con Él, y obedeciéndole.
Mientras mas íntimamente lo conozcamos y andemos con Él, Su amor fluirá más a través de nosotros. Y mientras más andemos en amor, más íntima será nuestra comunión con Él. Ése es un ciclo glorioso que nos elevará cada vez más y más.
Pocas personas han captado esta hermosa verdad mejor que Rufus Moseley, un gran hombre de Dios quien falleció hace muchos años. El SEÑOR, le dijo lo siguiente: Ve en amor y Yo estaré siempre contigo. Mientras meditaba en éstas palabras el hermano Moseley escribió:
«He recibido la llave maestra del reino de los cielos, para que pueda habitar en unión con Jesús. Ve en amor y Yo estaré siempre contigo… Tu única responsabilidad es la de estar en unión conmigo… La vida en Jesús es gloriosamente fácil y no tiene más que una única responsabilidad, la de permanecer en esa unión [con Él]».