fbpx

Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Un tiempo para olvidar

Kenneth Copeland
«Entonces se le acercó Pedro y le dijo: «Señor, si mi hermano peca contra mí, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» Jesús le dijo: «No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete»
(Mateo 18:21-22)

¿Recuerdas cuando…? Esa es una pregunta que oímos a menudo durante esta época del año. Ya sea en familia o con amigos, traemos a la memoria recuerdos agradables de navidades pasadas. Pero también nos vienen a la memoria experiencias que preferiríamos olvidar.

De repente, el dolor de algo que ocurrió en el pasado regresa, el aguijón de las críticas negativas, la decepción de alguna promesa incumplida, el rechazo, los desacuerdos, las angustias…

¿Qué debemos hacer con esa clase de recuerdos? ¿Hemos de arrastrarlos toda la vida junto con el resto de nuestras cargas?

No. Podemos dejarlos en el pasado; es más, debemos hacerlo. No obstante, hay sólo una forma de lograrlo: por medio del perdón.

Perdonar al prójimo parece algo sencillo; sin embargo, muy pocos lo hacemos. Miramos el perdón como si fuera algo opcional, como algo que podemos aceptar o descartar. Pero la verdad es que el perdón es un requisito fundamental en la vida del creyente. Desde la perspectiva de Dios, la falta de perdón constituye una maldad. En Mateo 18, Jesús relata una parábola que ilustra las consecuencias del rencor. La parábola habla de un siervo que le debía a su señor el equivalente a millones de dólares. Cuando llegó el día en que debía pagar, el siervo dijo a su amo: «Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo» (versículo 26). Este amo se conmovió tanto que le perdonó toda la deuda.

Poco después, ese mismo siervo buscó a un amigo que le debía el equivalente a 15 dólares. Al enterarse de que el amigo no podía pagarle, hizo que lo echaran en la cárcel, sin prestar atención a los ruegos desesperados del deudor.

Cuando el amo del siervo se enteró de lo ocurrido se indignó y le dijo que era un siervo malvado; luego, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda su deuda.

Observa nuevamente el monto de la deuda que no fue perdonada: quince dólares. Las deudas pequeñas son las que por lo general nos hacen tropezar más fácilmente: los resentimientos insignificantes entre cónyuges o entre hermanos, los rencores que no parecen importantes como para afrontarlos. Ten cuidado: ésa es la clase de deudas de las que Satanás se vale para atormentarnos.

Después de todo, Jesús pagó una montaña de deudas por ti. Sin duda, tú puedes ser generoso con las deudas de centavos que otros te deben.

Invierte tiempo con el Espíritu Santo y pídele que te muestre cualquier rencor que estés albergando. Luego, arrepiéntete y deshazte de ese rencor. Haz de esta Navidad no sólo un tiempo para recordar, sino también para perdonar y olvidar.

Lectura bíblica: Mateo 18:21-35

© 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.