La voluntad de Dios jamás será que una persona muera joven. En repetidas ocasiones, la Biblia nos dice cuál es el plan de Dios, cuál es Su voluntad, y cuál es Su deseo para Sus hijos. Y éste consiste en que vivan una larga, próspera, saludable, y bendecida vida.
Si conoces a alguien que hayan muerto joven, comienza la búsqueda de una respuesta al “¿por qué?”, con tu confianza en Su absoluto amor, y en la verdad de la Palabra de Dios.
Confía en Dios que recibirás la respuesta a esta situación, y que las tácticas y estrategias de Satanás serán expuestas según lo que dice en Marcos 4:22: «Pues todo lo que está escondido tarde o temprano se descubrirá y todo secreto saldrá a la luz» (NTV). Y en Salmos 119:130, también dice: «La enseñanza de tu palabra da luz, de modo que hasta los simples pueden entender» (NTV). Esto quiere decir que a medida que meditemos en la Palabra y declaremos en voz alta las promesas de Dios, Su Palabra nos iluminará (Proverbios 20:27) en lo que respecta a los problemas de la vida, y revelará aquellas cosas que están escondidas.
Tragedias como éstas, son ataques directos de Satanás, quien está enfocado totalmente en: robar, matar, y destruir de cualquier forma que pueda hacerlo (Juan 10:10). Si el enemigo logra su objetivo, haciendo que cuestionemos el amor de Dios, entonces caeremos en su trampa; la cual consiste en desanimarnos, hacernos, sentirnos derrotados y atormentarnos. No permitas que esta situación robe lo que sabes acerca del amor de Dios y Su fidelidad a Su Palabra. No le des ninguna oportunidad a Satanás de aprovechar cualquier situación, para ahogar la Palabra de Dios, que ha sido sembrada en tu corazón (Marcos 4:19).
Al diablo le gustaría que dudaras, vivieras desanimado o derrotado por la atadura de la culpabilidad y el dolor, y en lugar de eso; deja que Dios te mantenga en perfecta paz; mientras te enfocas en Él (Isaías 26:3). Si esperas en el Señor leyendo Su Palabra y en oración, Él renovará tus fuerzas —espíritu, alma, y cuerpo (Isaías 40:31)—. Y del gran tesoro de Su gloria, te fortalecerá y te reforzará con un gran poder por medio del Espíritu Santo (Efesios 3:16, AMP).
Aquí hay algunas escrituras que te ayudarán a ministrar las promesas de Dios para consolarte a ti, a tus familiares y a tus amigos: Isaías 61:1-3; Salmos 23:4; Salmos 71:21, 24 y 2 Corintios 1:3-4.
julio 11