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Pregunta del día

junio 10

¿Está bien visitar al médico?

Si estás enfermo y aún no has obtenido tu sanidad en su totalidad, el hermano Copeland sería el primero en decirte que el médico es tu mejor amigo. Para que se desarrolle tu fe, tiene que pasar un tiempo. Y por esa razón, está bien buscar atención médica. De hecho, antes de que la fe esté desarrollada en su totalidad, es peligroso si no se consulta a un médico o se deja de tomar medicamentos (ya sea prescripciones, o medicina que se obtiene sin prescripciones). Eso sería considerado como “una fe llena de presunción”.

Dios no se encuentra compitiendo con los médicos o la medicina. Pues como cualquier otro padre amoroso, si tú le permites obrar para tu bienestar, Él usará cualquier camino disponible; ya que Su deseo es sanarte. Cualquier médico bueno te dirá que no es el quien sana, que sólo ayuda a tu cuerpo para que funcione de la manera en que fue creado, y diseñado para funcionar por Dios. Ora y pídele a Dios que te dé Su sabiduría a ti, y al médico si necesitas consultarlo uno.

Al mismo tiempo, edifica de forma activa tu fe estudiando y meditando escrituras referentes a la sanidad. Permite que ellas renueven tu mente, y cimenten en tu interior una imagen de ti mismo como una persona sana. La fe demanda acción, y tu primera acción debe ser depositar la Palabra de Dios en abundancia en tu corazón.

Luego debes confesar la Palabra que has estudiado y ponerte de acuerdo verbalmente con lo que Dios dice acerca de tu sanidad. Éste paso no es opcional. Recuerda, la fuerza de la fe se desata por tus palabras; obtienes lo que declaras (Marcos 11:22-23). Recuerda, no debes confesar la Palabra una vez, debes hacerlo de manera continua hasta que la sanidad se manifieste en tu cuerpo. En Proverbios 18:20 dice: «Las palabras sabias satisfacen igual que una buena comida; las palabras acertadas traen satisfacción» (NTV).

No hagas nada que pueda ponerte a ti, o a los demás en peligro; sólo para probar tu fe. Por ejemplo: No debes quitarte los anteojos y manejar en medio del tráfico hasta que tus ojos hayan sido restaurados. Una vez más, esto sería tener “una fe llena de presunción”. En lugar de eso, continúa meditando y confesando la Palabra hasta que creas y recibas la manifestación de la sanidad en tu cuerpo. De acuerdo con Proverbios 4:22, la Palabra de Dios es vida y medicina para tu carne, y una vez que recibas suficiente de ella; tu cuerpo responderá a ésta y sanará. Luego, puedes dejar de tomar los medicamentos, o de usar cualquier cosa que haya estorbado tus actividades físicas.