Para dar una respuesta a la interrogante de si la poligamia es aceptable, debemos ir al comienzo, antes de que el ser humano pecara. La Biblia dice que cuando Dios instituyó y ordenó el matrimonio, eso se hizo sólo entre un hombre y una mujer. Cuando Dios creo la ayuda idónea para Adán, Él creó a una mujer –no creó dos, tres, ni cuatro−, y manifestó que esas dos personas se convertirían en una sola carne (Génesis 2:21-24).

Después de todo esto, la Biblia nos narra historias de la poligamia que surgió en el Antiguo Testamento. Y en cada una de esas historias en donde el hombre tenía más de una esposa, verás  a Satanás involucrado. Pues tenían que luchar contra celos, insultos, tormentos, contiendas, vientres estériles, y hasta asesinatos (Génesis 4:19-23, 16, 17; 1 Samuel 1:1-6; 2 Samuel 11, 12). Dios jamás ordenó que en un matrimonio estuvieran involucradas varias personas. En Proverbios 16:25, dice «Hay caminos que el hombre considera buenos, pero que al final resultan caminos de muerte». Y caminar fuera del consejo de la Palabra de Dios, no traerá vida».

En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo le enseñó a la iglesia de los Corintios que para prevenir la fornicación, todos los hombres deben tener su propia esposa, y dejar que cada mujer tenga su propio marido (1 Corintios 7:2) –no esposas, ni maridos−.

El apóstol Pablo también compara las relaciones matrimoniales entre un esposo y una esposa, con la relación de Cristo como Cabeza de la iglesia y Salvador del Cuerpo. El esposo es la cabeza de la esposa. Ahora bien, ¿cómo sería posible que un cuerpo tenga más de una cabeza, o una cabeza más de un cuerpo? (Leer Efesios 5:23). Si tres, cuatro o más personas fueran aceptables dentro el matrimonio, entonces Pablo no hubiera usado esa comparación.