A lo largo de nuestra vida ocurren eventos que aparentemente van más allá de una explicación natural. Sin embargo, éstos jamás son la prioridad de Dios para manifestar Su voluntad. Él habla por medio de Su Palabra y de Su Espíritu Santo. Ambos, deberían ser siempre el enfoque principal de nuestra atención.

A medida que crecemos en el conocimiento de la Palabra de Dios, en ésta se nos asegura que podemos seguir la dirección del Espíritu Santo, quien es nuestro maestro y nuestro guía (Juan 14:26). Cuando buscamos Su dirección tenemos la seguridad de que Él nos guiará a toda verdad.

Descansa seguro, pues Dios no intenta esconder de ti Su voluntad. Él anhela que tú la conozcas en toda situación. Siempre podrás estar seguro de que si Dios intenta darte un mensaje, te lo hará saber de una manera en que puedas entenderlo.

Si sucede algo que no puedes entender, con confianza puedes pedirle a Dios Su sabiduría para enfrentar esa situación. Si la sabiduría que necesitas para enfrentar esa situación no llega inmediatamente, entonces sólo “deja la situación a un lado”, espera un tiempo y enfócate en la Palabra de Dios que se encuentra en la Biblia. ¡Jamás podremos equivocarnos con la Palabra de Dios!