¡Dios tiene un plan especial para tu vida, el cual está colmado de cosas buenas! (Jeremías 29:11). Las buenas noticias, según Juan 16:13, son que el Espíritu Santo está dispuesto a ser tu Maestro, y a guiarte por el camino que Dios tiene preparado para ti.

Debido a que toda la Tierra y todo lo que existe en ella le pertenece a Dios (Salmos 24:1), y ya que Él nos ha hecho administradores de todo lo que ha puesto en nuestras manos; tener un presupuesto es sólo una forma de asegurarnos de que todos los recursos que recibimos sean usados para agradar al Padre. Contar con un plan financiero sólido, es tener sabiduría divina; y eso puede definitivamente guiarnos hacia una vida de prosperidad.

En el libro de Creflo y Taffi Dollar que habla acerca de la familia exitosa, ellos nos brindan algunos pasos que nos ayudarán a administrar nuestras finanzas:

«Dios quiere que seas inteligente, y que utilices el sentido común en lo que concierne a tu dinero… es importante que… desarrolles un plan sólido para sobrevivir financieramente y para el bienestar de tu familia. Puedes comenzar apartando un tiempo cada semana, o cada día si es posible, con tu esposa [si estás casado] para hablar acerca de asuntos financieros. Aparta este tiempo como si fuera una reunión de negocios en donde tú eres el gerente de la empresa.

Lucas 14:28 dice: «Porque ¿quién de ustedes que quiera levantar una torre, no se sienta primero a calcular los costos, para ver si tiene todo lo que necesita para terminarla?». Un presupuesto te ayudará a “contabilizar los costos”, para ver si puedes comprar, o no, las cosas que quieres. Esto no tiene nada que ver con la cantidad de dinero que ganas. Simplemente te muestra la cantidad con la que puedes contar, y te hace saber cuáles son tus egresos al crear una lista de tus gastos cada mes… Está bien que te des tus gustos de vez en cuando —pero mantente dentro de tu presupuesto—».

¡Dios quiere verte prosperado, y te mostrará la forma de prosperar a medida que busques Su dirección!