No hay razón alguna por la que alguien deba permanecer frustrado en algún área de la vida, y esto incluye tener dificultad para aprender. Después de todo, Dios nos dio Su Palabra escrita, y nos pide que la estudiemos en 2 Timoteo 2:15. Él no hubiera hecho eso, si no nos hubiera dado a todos la capacidad de alcanzar el éxito por medio de ella. Así que, si tienes un problema en el área de aprendizaje, Dios tiene que proveerte una respuesta para ayudarte a vencer ese problema, y Él cuenta con la respuesta.
Dios ya ha ayudado a otras personas a aprender. En Daniel 1:17, podemos ver cómo ayudó a Daniel y a los jóvenes hebreos dándoles: «…conocimientos e inteligencia en todas las letras y ciencias…». En Santiago 1:5, también nos instruye a pedirle sabiduría (o entendimiento) a Dios, y Él nos lo dará. ¡Ésa es una gran promesa! Y si Dios no hace acepción de personas, eso quiere decir que hará lo mismo por ti (Hechos 10:34).
No te olvides de tu condición, y lo que tienes a tu disposición como hijo de Dios. Como cristiano, tienes la misma vida de Dios morando en ti. En Juan 1:4 leemos: «En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». La vida de Dios es tu luz. Y ésta hará que te desempeñes con la mente de Cristo (1 Corintios 2:16). El Espíritu Santo también está a tu disposición para enseñarte, y para recordarte las cosas cuando las necesitas (Juan 14:26). ¡Él es un gran Maestro!
El deseo de Dios es que alcances el éxito, y te ha provisto las herramientas necesarias. Ahora, comienza a apropiarte de Su Palabra ¡y reclama estas promesas para que obren en tu vida!