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Pregunta del día

junio 14

¿Qué significa ser partícipes del sufrimiento de Cristo?

Cuando la Palabra dice que debemos ser partícipes del sufrimiento de Cristo, simplemente quiere decir que entremos a la victoria que Jesús obtuvo para nosotros en la Cruz (1 Pedro 4:13). Ahora bien, una vez que entremos en esa victoria, nos encontraremos en medio de una guerra espiritual. Y es de ahí de donde proviene el sufrimiento —cuando permanecemos firmes en contra de las huestes de maldad—. Al resistir las presiones de la vida, es probable que nos causen algunas molestias físicas; sin embargo, esos son puros sufrimientos espirituales y no físicos, como la enfermedad o las dolencias. Jesús ya cargó con todos nuestros sufrimientos en el mundo físico y mental, y lo hizo para que podamos ser libres (Juan 8:36; Gálatas 3:13-14).

A eso se refería el apóstol Pablo en Romanos 8:17-18, cuando dijo que sufrimos con Él para ser glorificados junto a Él. De acuerdo con Romanos 6:3-4 y Gálatas 2:20, nosotros estábamos junto a Jesús cuando sufrió en la Cruz. Esa obra ya está terminada. ¡Ahora es el tiempo de ser glorificados! Jesús ya no está sufriendo física o mentalmente. Él está sentado a la diestra de Dios el Padre, esperando que Sus enemigos sean puestos en el estrado de Sus pies (Hebreos 10:12-13).

Como miembros de Su cuerpo aquí en la Tierra, nos encontramos en una batalla contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). La gloria de Dios es revelada por medio de nosotros cuando resistimos a Satanás. Dios recibe la gloria cuando vivimos libres y reinamos de manera victoriosa en esta vida. Si te encuentras en medio de una prueba, debes saber que Dios desea que uses las armas espirituales que Él te ha provisto para obtener la victoria (2 Corintios 10:3-5; Efesios 6:11-17).

Satanás hará todo lo posible para mantenerte alejado de tu victoria, y que no la disfrutes. Pero al recibir la revelación del conocimiento, serás el señor sobre él y sus tácticas para ponerte bajo la ley del pecado y de la muerte no funcionaran (Romanos 8:2). Por esa razón, Santiago declaró: «…considérense muy dichos cuando estén pasando por diversas pruebas. Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia. Pero procuren que la paciencia complete su obra, para que sean perfectos y cabales, sin que les falta nada» (Santiago 1:2-4). Ése es un maravilloso lugar para estar —¡sin ninguna necesidad, pues lo tenemos todo en Jesús!—.