De acuerdo con la Biblia, la mejor manera de vivir en el poder de Dios es en búsqueda del amor. Ésa es la mejor manera de desarrollar un estilo de vida para hacer las obras de Jesús. Vivir en amor es la mejor forma para que el mundo conozca a Jesús a través de nuestra vida.

Ahora bien, ¿cómo crecemos y nos desarrollamos en el amor? De la misma forma en que creces y te desarrollas en cualquier otra área. Practicándolo y ejercitándolo hasta que te fortalezcas más y más. Algunas personas comienzan a ponerlo en práctica, al amar a la persona más mala que conocen. Sin embargo, tal vez esa no sea la mejor forma de hacerlo.

La Biblia dice que debemos amar a nuestros enemigos y a las demás personas, de la misma forma que Jesús nos amó. Sin embargo, si comienzas por amar a tus enemigos, es probable que termines frustrado y derrotado. ¿Por qué? Porque, de acuerdo con la Palabra, el ciclo divino del amor comienza con el amor que Dios tiene por nosotros y nuestro amor por Él; luego se extiende hacia las demás personas. Una vez que comiences a amar al Señor y recibir Su amor, podrás amar a los demás. En 1 Juan 5:1, se nos enseña esa verdad de manera sencilla: «…Todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él»; en otras palabras, ¡todo aquel que ama al Padre, también ama a los hijos!

Y si practicamos nuestro amor por Dios, terminaremos amando a todas las personas que nos rodean. A medida que Su amor comience a echar fuera el temor de nuestra vida, de manera rápida derribaremos las barreras que nos han estado separando de las demás personas. Nos olvidaremos de nuestras propias necesidades y protección, y tomaremos la determinación de suplir las necesidades de las personas que nos rodean. Y a medida que crezcamos en el amor, viviremos en la plenitud de la medida de la imagen de Cristo.