Padre, me limpio de cualquier pecado que Te desagrade. Mi deseo es ser un vaso apto, listo, lleno y útil para Tu gloria. Me pongo a Tu disposición, listo y preparado para cualquier buena obra. Me ofrezco a Ti —en espíritu, alma y cuerpo—. Hazme un vaso de honra. Presento delante de ti a mi familia, a mis amigos creyentes, mi gobierno y mis negocios. Muéstrame, por medio de Tu Palabra, cómo puedo honrar a los demás y vivir de manera honorable. En el nombre de Jesús, amén.
Busca formas en que puedas honrar a tus padres, a tus amigos creyentes, a tus autoridades y aquellos con los que haces negocios. En este día, toma la decisión de llevar una vida que honre a los demás. Mantén una actitud de honorabilidad en todo lo que hagas, a fin de testificarles a todos los que te rodean.