Padre, en el nombre de Jesús hago un nuevo compromiso contigo para vivir en completa paz y armonía —no sólo con mis hermanos y hermanas del Cuerpo de Cristo, sino con mis amigos, socios, vecinos y familiares—. Hoy decido vivir en amor, y elijo no ser egoísta, quisquilloso, inquieto y resentido. Rechazo cualquier tipo de amargura, celos, contienda y falta de amabilidad. ¡No le daré lugar al diablo y perdonaré de inmediato! ¡Amén!
A medida que interactúes con los demás hoy, examina tu corazón para verificar si estás viviendo en amor —pregúntate a ti mismo qué puedes hacer para poner en práctica el amor de Cristo en tu vida—.