Padre, Tu Palabra es verdadera y yo creo en ella. Por tanto, en el nombre de Jesús, creo en mi corazón y confieso con mi boca que Tu Palabra prevalece sobre la vida de mis hijos. Tu Palabra enseña que derramarás Tu Espíritu sobre mis hijos y Tu bendición sobre mis descendientes. Creo y declaro que mis hijos son sabios, prestan atención y son el fruto de la instrucción y corrección del Señor. Amo a mis hijos y los disciplinaré con diligencia a tiempo. Y como resultado me darán contentamiento y descanso.
Padre, recibo el versículo de Tu Palabra que afirma que lucharás en contra de aquellos que se levanten contra mí, que guardaras a mis hijos y que les darás descanso. Ellos son benditos en su salida y en su entrada. Confieso que Tú Señor, les das a Tus ángeles la responsabilidad de acompañar a mis hijos, de defenderlos y de guardarlos. Creo, que mis hijos hallan favor, buen entendimiento y alta estima ante Tus ojos, Señor, y los ojos de las demás.
Confieso que mis hijos son discípulos instruidos por Dios, y obedientes al Señor y Salvador. Grande es su paz, y su serenidad. Creo que recibo la sabiduría y el consejo para criar a mis hijos en la disciplina y la amonestación del Señor. Y Tu Palabra nos enseña que cuando crezcan no se apartarán de ella. Así que los dejo en Tus manos, pues sé y confío que son cuidados y bendecidos por Ti todos los días de su vida, en el nombre de Jesús.
Referencias bíblicas: Marcos 11:23; Isaías 44:3; Proverbios 13:1, 24, 29:17; Isaías 49:25; Deuteronomio 28:6; Salmos 91:11-12; Proverbios 3:4; Isaías 54:13; Proverbios 2:6; Efesios 6:4; Proverbios 22:6.