Apreciado(a) Colaborador(a),
Tú y yo sabemos que el mundo de la religión ha presentado a Dios como alguien descorazonado e intocable. Recuerdo una canción de hace varios años titulada: “Dios te va a castigar por eso” (God’s Gonna Getcha for That).
Si Dios estuviera buscando “castigarte”, entonces ya lo hubiera hecho. Si nosotros recibiéramos lo que nos mereciéramos, todos estaríamos en el infierno. ¡Oh, gracias a Dios por Su gracia tan maravillosa!
¿Cómo es Él en realidad? ¿Cuál es la verdad acerca de Él? La respuesta simple a estas preguntas es: “Observa a Jesús”. Jesús dijo: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre». (Juan 14:9). En Juan 1:14, el apóstol dijo:
14 Y la PALABRA se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), llena de gracia y de verdad.
La palabra gracia en ese versículo proviene de la palabra griega charis, la cual significa “aquello que da alegría, placer, deleite, dulzura, que atrae, hermosura, buena voluntad, y favor”. Ahora, establezcamos un paralelo entre esto y algunos versículos del Antiguo Testamento acerca de Dios nuestro Padre. Comencemos con el Salmo 145:8:
8 El SEÑOR es compasivo y lleno de ternura; lento para la ira y grande en misericordia.
Enfócate en: ¡ LLENO de ternura y GRANDE en misericordia! El Salmo 100:5 dice:
5 ¡El SEÑOR es bueno! ¡Su misericordia es eterna! ¡Su verdad permanece para siempre!
¡En el Salmo 136, leemos una y otra vez que Dios es bueno y su misericordia permanece para siempre! ¿Por cuánto tiempo? ¡ PARA SIEMPRE ! Jesús era la misericordia de Dios en acción.
Escucha lo que Él dijo en Juan 6:38:
38 Porque no he descendido del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Jesús fue, y todavía es, la voluntad de Dios en acción. Podríamos decir que Él era la compasión de Dios en constante búsqueda de manifestarse.
En muchas ocasiones en el Nuevo Testamento, la palabra traducida como misericordia también es traducida como compasión. Los dos ciegos en Mateo 20:30-34 clamaron por misericordia y en el versículo 32, leemos que Jesús se detuvo . ¡Se quedó allí quieto! ¡Ese clamor por misericordia llamó Su atención!
Veamos los versículos 32-34:
32 Entonces Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó: «¿Qué quieren que les haga?»
33 Ellos le dijeron: «Señor, ¡que se abran nuestros ojos!»
34 Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos, y en ese mismo instante ellos recibieron la vista y lo siguieron.
Recuerda: el Padre está LLENO de compasión y misericordia. Por lo tanto, Jesús también.
¿Qué estamos viendo? La gracia . Es el favor inmerecido de Dios . Es el deseo contundente de Dios de tratarnos como si el pecado nunca hubiera existido. De acuerdo con 1 Timoteo 2:4, la voluntad de Dios para todos los hombres es que cada persona sea salva. La palabra griega en este versículo es sozo. ¿Qué significa o implica esa palabra? Significa: “salvar, mantener seguro y bien, rescatar del peligro o la destrucción, accidentes o muerte”. También significa: “salvar a alguien de una enfermedad, para hacer que esté bien, que sane, restaurar la salud”.
Nos han enseñado la palabra salvar o la frase ser salvos para referirnos a nacer de nuevo, y eso es cierto. Sin embargo, nuestro Padre celestial tampoco quiere que estemos enfermos, ni heridos o sufriendo, al igual que no quiere que vayamos al infierno. Ahora puedes ver dónde la falta de conocimiento enreda las cosas en el pensamiento de la gente. La gracia y el favor, como la justicia, han venido sobre todos los hombres a través de Jesús y el nuevo nacimiento.
Leamos Romanos 10:9-10, pero al hacerlo, incluyamos los significados de las palabras sozo (versículo 9) y soteria (versículo 10) para que la escritura se lea de la manera que un lector griego la leería y entendería:
9 Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo [liberado o protegido, sanado, preservado, hecho bien, hecho pleno]2.
10 Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación [rescatar o asegurar; liberar; sanar; salvación; salvo; salvar].3
¡Guau! ¡Si eso no te prende fuego, tu madera está mojada!
El Favor de Dios está aquí. Métete en él. ¿Cómo? Mediante la fe . Comienza a verte de la manera que tu Padre Celestial, misericordioso, bueno, amoroso y compasivo te ve. En Su mente, eres sano. Él puso tu enfermedad, tus dolencias, tu pobreza y tus peligros en Jesús. Entonces, cuando lo recibiste como tu SEÑOR, fuiste ¡ SALVO !
Comienza a llamar las cosas que no son como si fueran . Comienza hoy, ahora mismo, mientras estás leyendo esta carta. Con los ojos de tu mente, mírate salvo de acuerdo a la palabra sozo. Haz una lista de las definiciones y revisa una por una. Por ejemplo: no estás enfermo tratando de sanar. No; eres sano y satanás está tratando de quitarte la salud. ¡TÚ ERES SALVO!
¡Oh, sí! Ese es el Favor de Dios derramándose ahora mismo. Su favor está en ti, sobre ti y para ti. Todo esto porque Él te ama demasiado. Apodérate de ese amor con tu fe y no lo dejes ir por ninguna razón. El diablo tratará de hacer lo imposible para distraer tu atención con sentimientos, desánimo y las preocupaciones de este mundo. Pero plántate –FIRME- y no le des ni un centímetro. Di: “¡No señor, diablo, yo soy SALVO !” Después léele la lista completa. Dile: “¡Esto no es sólo quién soy, sino aquello que soy!”
Mientras escribo esto, te veo sosteniendo tu SEMILLA de bendición en tus manos y alabando a Dios porque eres SALVO. BENDICE a toda tu familia declarándolos salvos de acuerdo a sozo. Aplica la lista completa a cada uno de ellos. Recuerda lo que hace una fe fuerte en Dios. ¡La misma llama las cosas que no son como si fueran hasta que se suceden! Mantente firme.
Tú y yo tenemos una tarea muy grande por delante; llevar el mensaje de salvación, en todo el sentido de la palabra, no sólo al Cuerpo de Cristo, sino también a los enfermos y a los moribundos en el mundo. Es un trabajo grande, pero, unidos, con la gracia y el favor de Dios, podremos y lo haremos.
Eres muy especial. Ya lo sabes. ¡ Eres uno en un millón !
Gloria y yo te amamos muchísimo. Nosotros, y muchas otras personas aquí, oran por ti todos los días.
Con amor,