Apreciado(a) Colaborador(a),
Quiero presentarte un reporte emocionante del mes de mayo y nuestro jet, el Gulfstream V. En tan solo 21 días, volamos 70 horas, en un recorrido de 48.000 Km en el cual impactamos cuatro continentes. ¡Les prediqué cara a cara a más de 100.000 personas y no me siento ni un poco cansado! ¡Qué herramienta tan grandiosa para la obra del ministerio! Les agradezco a ti y a todos mis colaboradores por ponerla a nuestra disposición.
Hoy comenzaremos hablando acerca de los principios básicos de la fe. Mi nieto Jeremy estaba predicando sobre este tema y dijo algo que realmente me animó. Él dijo: “¿Qué estás observando cuando miras eventos como el Super Bowl (NDT: la final del fútbol americano) y las series mundialistas? Estás observando a los expertos de los principios básicos del juego. El juego es igual y utiliza el mismo reglamento, sin importar si es un partido de las ligas inferiores con niños de 10 años, o con los mejores de los mejores jugadores. ¿Cómo te conviertes en el mejor? Con práctica, práctica y más práctica. Con el tiempo, cuando esos jugadores piensan que han llegado a la cima, siguen practicando y practicando y practicando más aún. Lo mismo aplica para la fe.
Los principios básicos (o el A-B-C) de la fe son:
A. Cree en La PALABRA de Dios
B. Declara La PALABRA de Dios
C. Actúa en La PALABRA de Dios
Leamos Marcos 5:25-34
25 Allí estaba una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias
26 y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, pero que lejos de mejorar había gastado todo lo que tenía, sin ningún resultado.
27 Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto.
28 Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.»
29 Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad.
30 Jesús se dio cuenta enseguida de que de él había salido poder. Pero se volvió a la multitud y preguntó: «¿Quién ha tocado mis vestidos?»
31 Sus discípulos le dijeron: «Estás viendo que la multitud te apretuja, y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”»
32 Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién había hecho eso.
33 Entonces la mujer, que sabía lo que en ella había ocurrido, con temor y temblor se acercó y, arrodillándose delante de él, le dijo toda la verdad.
34 Jesús le dijo: «Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y queda sana de tu enfermedad.»
Jesús dijo que la fe de la mujer la había sanado. Cada uno de los principios básicos de la fe están presentes en esa historia. (A) En el versículo 27, la mujer escuchó y creyó. Ella debió haber escuchado la PALABRA, porque la fe llegó . La fe proviene del oír, y el oír proviene de la PALABRA de Dios (Romanos 10:17). (B) Luego, en el versículo 28, ella lo dijo. Tan solo escucharlo no es suficiente.
Romanos 10:10 dice:
10 Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación.
Aquello que dices (o declaras) es tu fe hablando.
Segunda de Corintios 4:13 dice:
13 Pero en ese mismo espíritu de fe, y de acuerdo a lo que está escrito: «Creí, y por lo tanto hablé», nosotros también creemos, y por lo tanto también hablamos.
¿Puedes ver cuán básico es? Sin embargo, ambos escuchar y declarar todavía no son suficientes. EL proceso no está completo. El siguiente paso es actuar. La mujer podría haber dicho: “Creo lo que escuché y sé que es cierto. Sé que si toco el borde de su manto seré sana. Pero no puedo atravesar toda esa multitud. Mira toda esa gente. Estoy tan débil. Soy solo piel y huesos. Mírenme. Y como si eso fuera poco, tengo hemorragias . Si me descubren en público en esa condición, estaré en serios problemas”.
Ella está en medio de la buena batalla de la fe: “ Mirar ”. “ Sentir ”. “ No puedo ”. “ ¿Qué pasaría si? ” ¿A qué me refiero? El diablo está haciendo todo a su alcance para detener a esa mujer (y a ti), y prevenirla de que actúe en La PALABRA. ¿Recuerdas 2 Corintios 5:7? Dice: «porque vivimos por la fe, no por la vista.» Si el diablo puede mantenerte en el ámbito de los sentidos, te derrotará en todo momento, en cada batalla. Sin embargo, si te mantienes en la arena de la fe, tú serás el vencedor ¡en toda oportunidad! Primera de Juan 5:4 dice: «Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.»
(C) La mujer salió y tocó. Ella actuó en lo que había escuchado. Ella se convirtió en una hacedora de la PALABRA y no solamente en alguien que la escucha.
Mira Santiago 1:25 (RVA-2015):
25 Pero el que presta atención a la perfecta ley de la libertad y persevera en ella sin ser oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
Este hombre o esta mujer será , bienaventurado(a) – BENDECIDO(A) en lo que hace (su acción de fe).
También nota que Santiago llama a la PALABRA: “LA PERFECTA LEY DE LA LIBERTAD.”
La fe de la mujer hizo una demanda a la Unción de Sanidad de Jesús. No sólo la sanó, sino que la hizo totalmente plena. Esto incluía recuperarse de todo lo que había sufrido y la restauración financiera de todo gasto médico. Jesús dijo: «Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y se restaurada a plenitud de tu enfermedad.» (Traducción libre de la versión King James).
Ahora, el paso final. Cuando ores, perdona si tienes algo en contra de alguien (Marcos 11:25). Hazlo mientras estás orando. Eso también es parte de tu oración, de cada oración. La fe obra en una atmósfera de amor y perdón.
Mientras siembras tu SEMILLA de BENDICIÓN este mes, toma tiempo para seguir los pasos de fe con promesas de La PALABRA que cubran las situaciones por las que estás orando y creyendo. Luego, siembra una semilla por esa cosecha. Da un paso a la vez. No lo hagas a las apuradas. Toma tiempo para meditar cada versículo. Lee esta carta varias veces, de principio a fin. Todas las veces, la fe vendrá. Es sencillo. ¡Se valiente y nunca te des por vencido! Jesús está allí. Toca Su manto con tu fe y tu alabanza. Tu victoria llegará. ¡Tienes Su PALABRA de que así sucederá!
Gloria y yo te amamos muchísimo. ¡Oramos por ti todos los días!
Con Amor,