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¡SOY UNA NUEVA CRIATURA!

junio 2018

Apreciado(a) Colaborador(a),

Comencemos nuestro estudio leyendo 1 Juan 5:4:

4 Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.

¿Has nacido de Dios? Lo has hecho si Jesús es tu SEÑOR. Si Él es tu SEÑOR, eres un vencedor del mundo. Si lo estás venciendo o no es un asunto completamente diferente, y de eso es de lo que hablaremos en esta carta.

Las palabras victoria y vencido nos dejan entrever que existe una lucha o un conflicto relacionado con la fe. Sin fe es imposible agradar a Dios. ¿Por qué? Bueno, por una razón muy sencilla: sin la fe, el mundo siempre vencerá y reclamará su victoria sobre nosotros. Eso significa que el diablo será señor sobre nosotros en lugar de que nosotros caminemos en la victoria que Jesús compró y pagó en Su muerte, entierro y resurrección. ¿Recuerdas Romanos 6:14?

14 El pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.

El pecado y satanás son sinónimos… ¡satanás no debe ejercer dominio sobre ti!

Veamos 1 Timoteo 6:12 (RVA-2015):

12 Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado y confesaste la buena confesión delante de muchos testigos.

¡Pelea la buena batalla de la FE! Nosotros no estamos luchando contra el pecado. Acabamos de leer el momento en que la gracia derrotó al pecado. No; es una batalla de fe. El conflicto está descrito con simpleza extraordinaria en
2 Corintios 5:7:

7 (porque vivimos por la fe, no por la vista).

Romanos 1:17, Gálatas 3:11 y Hebreos 10:38 nos dicen lo mismo: «El justo por la fe vivirá». Eso lo deja muy claro. Vivir por fe no es opcional. ¡Así es que nosotros pelearemos la buena batalla de la fe y caminaremos en victoria sobre el mundo! ¡Que alguien diga amén! ϑ

Uno de los mayores obstáculos (o enemigos) de la fe es la falta de conocimiento de lo que significa ser una nueva criatura en Cristo.

Veamos 2 Corintios 5:17: 

17 De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo!

Para recibir una mayor revelación de lo que ese versículo nos está diciendo, volvamos al capítulo 4, versículo 16:

16 Por lo tanto, no nos desanimamos. Y aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando de día en día.

Lo que leímos en el capítulo 5:17 se refiere al hombre interior – es decir, tu verdadero yo. Tu cuerpo físico, u hombre exterior, morirá. Sin embargo, el hombre interior nunca lo hará. Cuando recibiste a Jesús como tu SEÑOR y Salvador, experimentaste toda la muerte que alguna vez experimentarás.

Romanos 6:6-8 dice:

6 Sabemos que nuestro antiguo yo fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

7 Porque el que ha muerto, ha sido liberado del pecado. 

8 Así que, si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él.

En ese instante, fuiste creado en Jesucristo.

Efesios 2:10 dice:

10 Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas.

¿Puedes verlo? No solamente has sido perdonado. En realidad , naciste de nuevo. Yo nací de mi madre el 6 de diciembre de 1936. Y nací del cielo el 2 de noviembre de 1962. Todo lo que había en mi espíritu murió ese día, me convertí en alguien nuevo, y todas las cosas eran de Dios. ¡Nací de mi Padre, el Dios Altísimo!

Ningún creyente que así se considere debería decir jamás: “Después de todo, sólo soy un ser humano” ¡ No ! No solo eres humano. Eres una nueva criatura. Dios es nuestro Padre y tú tienes Su ADN espiritual. Esa es Su fe en tu hombre interior, la nueva criatura. El amor, el gozo, la paz, la paciencia, la gentileza, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza están en ti ahora mismo porque has nacido de Dios. Él vive dentro tuyo las 24 horas del día. Decláralo: “Soy una nueva criatura. Soy tal como mi hermano gemelo Jesús. Él habita en mi interior y yo en Él. ¡Gracias a Dios, mi yo viejo se ha ido para siempre! ¡Mi nuevo yo está vivo en Él para siempre!” Sé muy bien lo que te está sucediendo mientras lo declaras; tu fe está creciendo. ¡Lo sé porque mi fe está rugiendo en mi interior al leer las escrituras y al escribirte estas revelaciones!

Ahora descubramos la identidad de esta nueva criatura. Habíamos leído 2 Corintios 5:17; ahora leamos el versículo 21: 

21 Al que no cometió ningún pecado, por nosotros Dios lo hizo pecado, para que en él nosotros fuéramos hechos justicia de Dios.

Aquel que no cometió PECADO fue hecho PECADO para que EN ÉL nosotros fuéramos HECHOS la justicia de Dios. La nueva criatura recibió la invitación de acercarse con valentía ante el trono de la gracia. ¡Tú y yo, y todas las demás nuevas criaturas, estamos vestidas en la Justicia de Jesús! Nosotros podemos, por medio de la fe, ponernos de pie en Su santa presencia sin ninguna sensación de culpa o vergüenza. En Hebreos 10:1-2, la culpa y la vergüenza son asociadas con la conciencia de pecado. Así que di en voz alta: “He sido hecho (o creado) la justicia de Dios en Él. Él no cometió pecado. Yo no hice nada justo. Él se hizo pecado con mi pecado. Yo fui hecho justo con Su justicia. ¡Alabado sea Dios por siempre y para siempre! Gracias Jesús, por todo lo que has hecho para darme la victoria. Tú me has dado victoria sobre la muerte y la victoria sobre el mundo. Por fe, soy un vencedor. ¡Nunca más seré una víctima!

Mientras siembras tu semilla de BENDICIÓN este mes, declara sobre ella: “Gracias a Dios, ¡tengo una fe fuerte! Tengo la victoria. Jesús me la ha dado, ahora mismo. Tengo la victoria en mi vida – espíritu, alma, cuerpo, financiera y socialmente. Soy un vencedor, un vencedor del mundo. Soy fuerte en el SEÑOR y en el poder de Su fuerza. Mayor es Él que está en mí que él que está en el mundo. Esta es una semilla vencedora, sembrada en tierra vencedora. Yo soy la justica de Dios en Jesucristo. Se supone que prospere. Se supone que tenga buena salud. Por lo tanto, lo tomo por fe, AHORA MISMO. Lo tengo, Te agradezco por dármelo Jesús y perdono si he guardado ofensa en contra de alguien, de acuerdo con Tu PALABRA en Marcos 11:23-25”.

Ahora, grita como lo hizo David, y danza como David lo hizo. ¡Todos nosotros estamos gritando la victoria contigo! Gloria y yo te amamos muchísimo. ¡Oramos por ti todos los días!

Con amor,

 
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