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¡VUELVE A LA JUSTICIA!

febrero 2019

Apreciado(a) Colaborador(a),

Gloria y yo queremos que sepas cuánto te amamos; te apreciamos a ti, y al hecho de que te mantuvieras firme con nosotros a través de todo el 2018. Tanto tu fidelidad al mantenernos en tus oraciones y también tu apoyo financiero nos ha mantenido fuertes durante algunos momentos difíciles, pero también durante victorias muy grandes. Hoy, ministerial y personalmente, estamos en mejor condición de la que hemos estado en mucho tiempo. ¡Y lo mejor está por llegar! Gracias por amarnos.

Anoche me fui a dormir teniendo en mente 1 Corintios 15:34 (NVI): «Vuelvan a su sano juicio (o a la justicia), como conviene, y dejen de pecar» La falta de conocimiento de la justicia es un obstáculo para la fe. Sin embargo, la falta de conciencia de la justicia es aún peor.

Nota que ese versículo no dice: “vuelvan a la santidad y no pequen”. La justicia y la santidad son dos cosas muy distintas. Puedes crecer en santidad, pero en el momento en el que recibiste a Jesús como tu SEÑOR y Salvador, fuiste HECHO la justicia de Dios. Segunda de Corintios 5:21 dice:

21 Al que no cometió ningún pecado, por nosotros Dios lo HIZO pecado, para que en él nosotros fuéramos hechos justicia de Dios.

Nosotros no nos “convertimos” en justos, sino que fuimos “ HECHOS ” justos. ¿Jesús pecó? ¡NO! Él se hizo pecado con nuestro pecado. ¿Hicimos nosotros algo para ser justos? ¡NO! Fuimos hechos justos con Su justicia. 

¿Qué significa volver a la justicia? La justicia es la habilidad de ir con confianza al trono de la gracia y pararse en frente, o aun sentarse en la presencia de un Dios santo y sin pecado sin sentir sensación de culpa o vergüenza. Después de hacerse pecado por nosotros, Jesús fue al infierno y sufrió nuestra pena. Luego, en medio de ese pozo horrible de sufrimiento, la PALABRA del Dios Todopoderoso irrumpió y Jesús se convirtió en el PRIMER HOMBRE NACIDO DE NUEVO DE LA MUERTE – NACIÓ del pecado a la justicia y por la PALABRA de justicia. ¿Recuerdas 1 Pedro 1:23?

23 Pues ustedes han nacido de nuevo, y no de una simiente perecedera, sino de una simiente imperecedera, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

¿Puedes verlo? Eso es lo que nos pasó a ti y a mí. Eso es lo que debería estar moldeando nuestros pensamientos, nuestra vida de oración y cualquier cosa que hagamos y digamos. Esa es la conciencia de justicia que proviene de renovar nuestra mente de la conciencia de pecado.

Veamos Hebreos 9:14 (NTV): 

14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.

Aférrate a la Palabra purificará, o limpiará.

 

Ahora ve al capítulo 10:1-2:

1 El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra —un tenue anticipo de las cosas buenas por venir— no las cosas buenas en sí mismas. Bajo aquel sistema se repetían los sacrificios una y otra vez, año tras año, pero nunca pudieron limpiar por completo a quienes venían a adorar. 

2 Si los sacrificios hubieran podido limpiar por completo, entonces habrían dejado de ofrecerlos, porque los adoradores se habrían purificado una sola vez y para siempre, y habrían desaparecido los sentimientos de culpa.

Veamos un ejemplo perfecto de esta purificación en la tumba de Lázaro. Jesús dijo: «Quiten la piedra.» (Juan 11:39). Esa era la conciencia de justicia expresándose.

Marta dijo: «SEÑOR, ya huele mal, pues ha estado allí cuatro días.»

Esa era la conciencia de muerte y de pecado expresándose. Después, la Justicia encarnada respondió: «¡LÁZARO, VEN FUERA!», ¡y así fue!

“Sí hermano Copeland, pero ese era Jesús.”

Lo sé, y Él nos purificó y nos limpió de nuestros pecados con Su SANGRE y nos dio Su justicia. Cuando nos despertamos a ese hecho maravilloso y renovamos nuestra mente con Su PALABRA respecto a quiénes somos en Él, Romanos 5:17 se hará una realidad en nosotros. 

17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia mediante un solo hombre, Jesucristo.

La Nueva Traducción Viviente dice que aquellos que reciben gracia abundantemente y el don de la justicia «vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte.»  Cuando peques, arrepiéntete. Toma autoridad sobre ese pecado de acuerdo a 1 Juan 1:9:

9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

¿Ves la palabra limpiarnos ? Es la misma palabra traducida como purificará en Hebreos 9:14 y 10:2. Recibe tu limpieza por fe, y no por sentimientos de culpa o vergüenza. Las palabras claves sobre las que debes cimentar tu fe son «fiel y justo». Jesús es justo para hacerlo. ¡Ahora, sé justo para recibirlo!

Santiago 4:7 (RVA-2015) dice:

7 Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.

Te has sometido a Jesús por el perdón y la limpieza. Ahora resiste los sentimientos de vergüenza y la culpa. Ya no estás sucio. Has sido limpiado. ¡RECUERDA LA SANGRE! ¡ÚSALA! ¡RECUERDA EL NOMBRE! ¡ÚSALO!

Mientras siembras tu semilla de BENDICIÓN este mes, úsala como punto de contacto para alabar y danzar delante de Él. Alábalo por Su fidelidad y justicia para amar, perdonar, limpiar , sanar y restaurar TODO lo que el enemigo de nuestra alma ha puesto sobre nosotros.

Un versículo pequeño de las escrituras lo dice todo: ¡«Amado, deseo [u oro] que seas prosperado en todo , y que tengas [buena] salud, a la vez que tu alma prospera.» (3 Juan 2)! Ese es el corazón de tu Padre que envió a Su Hijo, Jesús. Ese es el corazón de Jesús que vino y se entregó como el pago por TODO , para que nosotros podamos reinar con Él hoy y por la eternidad. Por esa razón, Jesús es el SEÑOR. ¡Levántate y toma tu lugar en Él!

¡Gloria y yo te amamos muchísimo y consideramos un gozo inmenso orar y mantenernos firmes en fe contigo todos los días!

Con amor,