«Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguramos nuestros corazones delante de Él; pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y Él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos Sus mandamientos, y hacemos la cosas que son agradables delante de Él.»
(1 Juan 3:18-22)
Si sus oraciones no están siendo contestadas, verifique cómo esta su vida de amor. Debido a que la fe obra por medio del amor, es muy difícil orar con fe cuando ha ofendido a alguien o su comportamiento hacia los demás no es muy amable. Su corazón lo condenará, y no tendrá la confianza que necesita para creer y recibir lo que ha pedido en oración.
En esas ocasiones, parecerá que la puerta del trono de Dios se ha cerrado. Cuando trate de orar, sentirá que Dios está a varios kilómetros de distancia, y tendrá problemas para poder escuchar Su voz.
Dios no se ha ido a ningún lugar. Él no lo sacó de Su presencia, fueron sus malas actitudes y sus malas acciones las que obstaculizaron su habilidad de percepción. Espiritualmente, es como un puesto de registro en una carretera; los obstáculos lo detienen para que no entre a la presencia de Dios, aún siendo usted Su hijo, y aunque ése sea su lugar.
Para arreglar la situación, sólo pídale al SEÑOR que lo ayude a examinar su vida. Pídale que le permita ver cualquier área en donde usted no esté viviendo conforme a Su amor.
Observe que no dije que usted debería ver si esté viviendo de acuerdo con su propia definición del amor, quizá usted piense que lo ha estado haciendo bien. Pero es posible que haya pasado por alto lo que hizo hace algunos días cuando habló mal de su prójimo (después de todo, lo único que usted hizo fue compartir algunas cosas malas de él; a fin de que puedan orar por él, ¿no es cierto?) Es probable que usted haya justificado su crítica hacia el pastor (él estaba equivocado, así que se lo merecía, ¿no cree?). Quizás no notó que le habló de forma áspera a su asistente en el trabajo cuando se equivocó en algo (todos en la oficina se expresan de esa forma, ¡eso es lo que se necesita para hacer un buen trabajo!)
Sin embargo, Dios es muy sensible a todas estas cosas. Él no excusa ningún comportamiento malo como nosotros lo hacemos, no justifica o ajusta Sus estándares de amor sólo porque otros lo hacen. Su amor no cambia. Su amor actúa como está escrito en la Biblia. Y cuando vivimos bajo esa clase de amor, nosotros también debemos actuar igual.
Recuerde esto, la próxima vez que sus oraciones no sean contestadas, o su comunión con el SEÑOR sea obstaculizada. Pídale que le muestre en qué área de su vida ha fallado en vivir en amor, y le aseguro que Él responderá esa oración.