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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Demasiado bueno para ser cierto

Kenneth Copeland
«Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.»
(Juan 17:20-23)

¿Quiere saber cuánto lo ama en realidad su Padre celestial? Se lo puedo decir en una oración: Él lo ama tanto como ama a Jesús.

Debido a nuestra condición y a la inferioridad de nuestra vida comparada con la de Jesús, es difícil creerlo… pero es cierto. Y lo sabemos, pues esa declaración salió de los labios de Jesús, cuando oró por Sus discípulos antes de ir a la Cruz. Esto fue lo que dijo en los últimos momentos más cruciales de Su vida, cuando le oró al Padre por nosotros y le expresó: «…los has amado a ellos como también a mí me has amado» (Juan 17:23).

Quizá usted diga: “No, Jesús se estaba refiriendo a los 12 apóstoles, no a mí”.

Sí, lo hizo. Él dijo que oraba no sólo por los que estaban presentes ese día. Sino también por todos aquellos que creerían en Él a causa del testimonio de los apóstoles. Y eso lo incluye, a usted y a mí. Si estudia la historia espiritual detrás de todo esto, se dará cuenta que cada cristiano de la actualidad, ya sea de una manera directa o indirecta, recibió el evangelio a través del ministerio de esos 12 hombres.

Declárelo en voz alta, ahora mismo: ¡El Padre me ama tanto como ama a Jesús!

Es asombroso meditar en eso. De hecho, si Jesús no lo hubiera declarado y no se encontrara registrado en la Biblia, no seríamos capaces de creerlo. Suena demasiado bueno para ser cierto. 

Si necesita más evidencia para darse cuenta que Dios lo ama de esa manera, tome en cuenta lo siguiente: Dios debe amarnos tanto como ama a Jesús, pues de lo contrario no lo habría enviado a morir por nosotros. Si el Señor no nos amara tanto, hubiera retenido a Jesús, dejándonos con nuestros pecados, y Juan 3:16 no habría sido escrito, y en éste no se dijera: «Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo Unigénito…». 

Es tiempo de que aceptemos la verdad de ese versículo. Ya es hora de que dejemos de pensar que Dios a penas nos tolera… y nos demos cuenta del gran amor que hay en Su corazón. Por asombroso que parezca, nos ama tanto como ama a Jesús ¡y eso es lo que en realidad somos!

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.