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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Él hizo todas las cosas sólo para mí

Gloria Copeland
«Dándole gracias al Padre, quien nos hizo aptos para formar parte de la herencia que le corresponde a Sus santos (Su pueblo santo), quienes están en luz.»
(Colosenses 1:12, AMP)

Una de las revelaciones más difíciles de asimilar para los creyentes, es el hecho de que califican para recibir LA BENDICIÓN  de Dios. Un sentimiento de indignidad los persigue a menudo, impidiéndoles recibir la gloriosa herencia que Dios ya les dio. Simplemente piensan que no la merecen.

Ellos afirman: “Creo que nunca seré lo suficientemente digno para recibir la bondad de Dios. No soy nada más que un pecador salvo por gracia”.

Suena como humildad, pero la verdad es que cualquier cristiano que se rehúse a creer que es digno de su herencia espiritual, se está rehusando a creer en la Palabra. Pues en ella, se nos enseña con claridad que somos dignos. Se nos ha dado la aptitud de recibir LA BENDICIÓN  de Dios. Además, en la PALABRA se nos enseña que somos santos y amados por Dios.

Por supuesto, eso no se debe a nada maravilloso que hayamos hecho. Cada persona que ha habitado este planeta, excepto Jesús, ha pecado y está destituida de la gloria de Dios. A pesar de realizar nuestros mejores esfuerzos, antes de ser salvos éramos tan imperfectos que no podríamos hacer nada que nos hiciera merecedores de Él.

Sin embargo, gracias a Dios, ¡Él no permitió que siguiéramos en esa condición de falta de dignidad! Dios envió a Jesús para liberarnos del sentimiento de indignidad. Lo envió para que viviera en perfecta dignidad, y más tarde llevara sobre Él nuestros pecados. “Dios hizo que Jesús quien no conoció pecado, se hiciera pecado por nosotros, a fin de que fuéramos la justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21, NAS).

Cada vez que piense en sí mismo, debe verse como alguien digno, pues usted está en Jesús. Él es más que digno… ¡y usted está en Él! Además, en Juan 17:23 se nos enseña que Dios nos ama tanto como ama a Jesús. Por sorprendente que parezca, el Padre hará por usted ¡todo lo que hizo por Él!

Hace años, Kenneth visitó a uno de nuestros amigos, un ministro que posee ese mismo tipo de revelación acerca del amor. Él era la persona más gozosa y amorosa del mundo. En una oportunidad, Kenneth le llamó: “El apóstol del amor”. Una noche, cuando él y Kenneth salieron de una reunión de oración, observaron el cielo lleno de millones de estrellas. Y él expresó: “Mi papá hizo esas estrellas sólo para mí”.

Con los años, a medida que comprendimos a profundidad el amor de Dios, nos dimos cuenta de que nuestro amigo estaba en lo correcto. Y entendimos que en Jesús, somos dignos de cada cosa buena que el Padre nos ha provisto… y al igual que nuestro amigo, podemos decir con valentía: «¡Él hizo todas las cosas sólo para mí!».

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.