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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

La Gran Comisión del amor

Kenneth Copeland
«Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.»
(Marcos 16:15-18)

¿Por qué tan pocos creyentes cumplen con la Gran Comisión? ¿Por qué tantas personas que aman al SEÑOR, y que desean de manera sincera agradar a Dios se resisten a obedecer tan importante mandamiento?

En la mayoría de los casos, es porque el temor los detiene. Se rehúsan a compartir con alguien el Evangelio, por temor a ser rechazados. Se sienten inseguros de imponer manos sobre los enfermos por temor a que no reciban sanidad, y se sienten aterrados de echar fuera demonios, pues se verán ridículos si los demonios no salen.

Algunos creyentes tienen tantos deseos de hacer lo correcto, y servirle al SEÑOR, que tratan de vencer el temor por pura determinación. Pero ésa no es la verdadera solución. Pues poco tiempo después, se cansan de batallar, se rinden ante el temor y vuelven a lo mismo.

Entonces, ¿cuál es la respuesta?

Fijar nuestra mirada en el mandamiento del amor. Pidiéndole al SEÑOR que nos ayude a incrementar más y más el amor por las personas (Filipenses 1:9). Pero, eso no es suficiente. Cuando oramos en fe, es necesario que también actuemos en fe. Y comenzamos al declarar en amor: Yo amo al SEÑOR Dios con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas. ¡Y amo a mi prójimo como a mí mismo! Entonces, de esa manera podemos olvidarnos de nosotros mismos y alcanzar a las personas. En lugar de intentar forzamos a ser testigos de la fe y del poder, sólo vamos permitir que Dios ame a las personas a través de nosotros.

El amor provocará que nuestros ojos sean receptivos a sus sufrimientos, y a sus necesidades. Y cuando veamos a las personas, nos enfocaremos en Dios y declararemos: “SEÑOR, muéstrame qué debo hacer por esta persona y qué tengo que decir para BENDECIRLA, y compartir de Tu amor con ella”.

Cuando abrimos nuestro corazón al amor de esa manera, abrimos la puerta para que Dios haga fluir Su poder a través nuestro. Dejaremos a un lado la vergüenza y la preocupación de que puedan rechazarnos. Ya no nos enfocaremos en lo que los demás piensen de nosotros, y empezaremos a enfocarnos en suplir sus necesidades. Cuando eso suceda, los dones del Espíritu comenzarán a fluir a través de nosotros. Dios podrá usarnos para proclamar Sus palabras, ministrar Su liberación y transmitir Su poder sanador. Él nos usará para compartir Su amor.

Esa experiencia es tan emocionante que una vez que la comprobemos, no sólo estaremos dispuestos a compartir las buenas nuevas de Jesús adondequiera que vayamos… sino aprovecharemos cada oportunidad para hacerlo. Descubriremos el más grande gozo de obedecer la Gran Comisión del amor.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.