fbpx

Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

No una sus manos a las del diablo

Gloria Copeland
«Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.»
(1 Juan 3:14-15)

Cuando pensamos en el hecho de que Dios es amor, viene a nuestra mente cuán bondadoso y misericordioso es Él. Pensamos en todo lo maravilloso y bondadoso que Él es.

Sin embargo, a veces fallamos en tomar en cuenta que ese amor, debido a su naturaleza, es totalmente contrario a la falta de amor. El amor es un poderoso enemigo de todo lo detestable, de todo lo que lastima y de todo lo que destruye. Aunque seamos los hijos amados de Dios, si empezamos a infringir la ley del amor, al tratar a otros con odio, pronto veremos un lado del amor que no quisiéramos ver.

Kenneth relata una anécdota, de cómo Dios le habló en términos muy claros, hace algunos años. Dándole a conocer Su punto de vista acerca de cuán enserio habla, cuando se refiere a vivir en amor. Aparentemente, alguien le hizo algo a Kenneth que él no perdonó, y entonces el SEÑOR lo reprendió diciendo: Kenneth, medita en tu forma de actuar con respecto a esa persona. Date cuenta que, si fueras Dios esa persona estaría en el infierno justo ahora. Y la enviaste al infierno al rehusarte a perdonarla.

Ese pensamiento me hizo reaccionar, cuando lo escuché. Me dio una dosis extra de gozo saber que Dios es Dios y ¡no nosotros! Sin embargo, me hizo darme cuenta que cuando vivimos en odio y en falta de perdón, estamos viviendo del lado de Satanás. Unimos nuestras manos a las del condenador de la humanidad, y al hacerlo estamos de acuerdo con él. Estamos intercambiando la vida, por la muerte.

Eso es inexcusable ante el punto de vista del amor. Tampoco importa cuáles sean nuestras razones. El resultado será el mismo.

Hace algún tiempo, vi a una mujer en la televisión quien enfrentó al asesino de su esposo. El juicio había terminado, y pidió que se le diera la oportunidad de hablar cara a cara, con el hombre que había sido condenado por el crimen. ¡Cielos! Esa mujer hizo llorar a ese hombre: «¡Nunca te perdonaré! Me robaste a mi esposo. Al padre de mis hijos y te odiaré hasta el día en que muera».

Después, el Espíritu Santo me dijo: Esa mujer es tan culpable de asesinato como él. Y cometió el crimen justo en la corte. Cuando dejó salir su odio, ante los ojos de Dios, asesinó a ese hombre.

Usted quizá piense que eso es un poco drástico, y por supuesto no estoy juzgando a esa señora, pero ése es el mensaje que le quiero transmitir. Este ejemplo, nos ayuda a recordar que el amor no habita donde hay odio… nunca… y por ningún motivo. Y es un fuerte incentivo para que vivamos de continuo a la luz del amor.

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.