«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.»
(Colosenses 3:1-2)

Separarse de los caminos del mundo, no sólo significa dejar atrás las actividades destructivas, sino también desechar aquellas que no lo edifican espiritualmente. 

En Hebreos 12:1, leemos que mientras corremos la carrera que tenemos por delante, debemos despojarnos de todo peso. Es probable que en su vida existan cargas que no le permitan avanzar en el área espiritual. Talvez no sean en realidad malas; pero aún así, están debilitando su poder espiritual. Por ejemplo, puede encontrarse tan concentrado en sus ocupaciones que todo el tiempo piensa y habla de ellas. O bien puede tener un pasatiempo que se ha convertido en su centro de atención. 

El problema con estas actividades no radica en que sean pecaminosas, sino en que éstas han capturado todo su interés. Es momento que revise dónde ha puesto su corazón. En Colosenses 3 se nos indica que pongamos nuestra mirada en las cosas de arriba, no en las terrenales.

Dios anhela que usted ponga su corazón en Él. ¿Por qué? Por que de esa manera, ¡Él puede derramar Su amor en su vida!

Cuando usted le da algo a Dios, Él le brindará mucho más a cambio. Cuando pone su mirada en Él, ¡lo bendecirá una y otra vez!