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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

¡Su verdadera esencia!

Gloria Copeland
«…poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo… tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.»
(2 Pedro 1:5-8, 10)

Cuando me percaté del significado de esos versículos, decidí adquirir esa fuerza poderosa llamada el fruto del Espíritu, a fin de que fluyera en mi vida; pues no quiero fracasar ni desviarme de mi destino. Anhelo correr al lugar designado por Dios y terminarlo ¡en victoria!

Quizá usted diga: “Yo también hermana Gloria. Pero tengo un problema, no soy una persona muy paciente. Mi personalidad es muy fuerte, no soy amable. Y me falta autodisciplina. En otras palabras, el fruto del Espíritu no surge de forma natural en mí”.

Claro que sí. 

Si usted ha nacido de nuevo, el fruto del Espíritu es parte de su nueva naturaleza. Es la condición natural de su temperamento “sobrenatural”.

Cuando aceptó a Jesús como el Señor de su vida, se convirtió en una nueva criatura (2 Corintios 5:17). Su espíritu fue recreado a la imagen de su Padre celestial y fue hecho partícipe de Su naturaleza divina (2 Pedro 1:4).

Por naturaleza Dios… es amoroso: «…Dios es amor» (1 Juan 4:8); …es gozo: «…en tu presencia hay plenitud de gozo…» (Salmos 16:11); …es bueno: «…Jehová…grande en misericordia…» (Éxodo 34:6); …es paz: Él es «…el Dios de paz…» (Filipenses 4:9); …es paciente: «Jehová, tardo [paciente] para la ira y grande en misericordia…» (Números 14:18); …es benigno, David se lo expresó: «…y tu benignidad me ha engrandecido» (Salmos 18:35); …es fiel: «De generación en generación es tu fidelidad…» (Salmos 119:90); …es manso, Jesús —quien es exactamente como el Padre— declaró: «…soy manso…» (Mateo 11:29).

Sabemos que Dios es clemente por naturaleza, pues si no lo fuera, ninguno de nosotros estaría aquí. Le detallé todo el fruto del Espíritu porque deseo que memorice muy bien todas las cualidades de Dios; las cuales usted adquirió desde que nació de nuevo conforme a Su imagen. Por tanto, si Dios es amor, usted es amor. Si Él es paciente, usted también lo es. Entonces como el fruto del Espíritu es la naturaleza del Padre, ¡también es la suya! ¡Es su naturaleza! ¡Su verdadera esencia!

Lectura bíblica: Números 24-25; Juan 10

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.