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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Venza con el bien, el mal

Kenneth Copeland
«No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.»
(Romanos 12:19-21)

El amor es la manera más eficaz de vencer el mal. El amor puede renovar la mente de una persona que haya sido engañada con las mentiras del diablo. También puede disolver el odio, destruir los prejuicios y provocar lágrimas de arrepentimiento en los ojos de aquellos que antes estaban tan cegados por el engaño.

Esto no sólo lo aprendí de la Biblia, sino también lo experimenté con mi propia familia y puedo asegurarle que es una experiencia maravillosa.

El amor cambió la vida de mi abuelo cuando tenía 70 años.

Aunque era un indio Cherokee talentoso, bueno en la agricultura y como ranchero. También era maleducado, y fue criado en el salvaje Oeste de Texas. No podía estudiar nada por sí mismo, por ejemplo la Biblia; entonces se regía en gran parte por los prejuicios y opiniones de los demás. En aquel entonces, las personas que lo rodeaban le hicieron creer y le enseñaron que las personas de color eran animales de carga. Le dijeron que las personas de color no tenían alma, y que por esa razón, no importaba cómo se les tratara.

Por muy desconocedor que mi abuelo fuera, no creía todo eso. Mi abuelo conocía a Dios y sabía de alguna manera que no era correcto maltratar a las personas que Dios había creado —sin importar el color de su piel—. No obstante, a causa de su ignorancia, la idea diabólica que las personas de color eran diferentes, influenció su mente.

A sus 70 años ,se enfermó de cáncer y fue hospitalizado, nada más y nada menos que con problemas en su piel y huesos. La enfermera que lo atendió era de color, y a diario lo levantaba de su cama y lo atendía como una amorosa madre con su bebé. Y le decía: «Todo saldrá bien, corazón. Sólo relájate yo te cuidaré».

Un día mientras ella lo sostenía, todo el paquete de mentiras que le habían dicho, fue arrancado por el amor de aquella mujer. Y con lágrimas en su rostro mi abuelo exclamó: «¿Cómo puede alguien con tanto amor no tener alma? ¡Es mentira! ¡Es mentira!».

El amor de aquella mujer, destruyó las mentiras que le habían dicho durante toda su vida. El amor derribó los paradigmas humanos. Y éste demolió el engaño del enemigo, y lo reemplazó con la verdad de Dios.

Quiero que sepa que la historia no termina ahí. El hospital le dio de alta a mi abuelo para que muriera en casa, pero no murió. Mi mamá estuvo a su lado, lo amo y oró por él hasta que quedó completamente sano. A la larga, el amor restauró su cuerpo y su alma. Y el amor venció con el bien, el mal.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.