«¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra.»
(Salmos 25:12-13)
Una de las cosas que más valoro acerca del amor de Dios por nosotros, es que Él lo expresa de muchas formas prácticas, no sólo nos dice palabras bonitas y nos expresa sentimientos cálidos; y nos deja peleando solos en contra de los asuntos de la vida. No en Su gran amor, suple todas las necesidades de nuestro espíritu, de nuestra alma y de nuestro cuerpo (Filipenses 4:19).
Tampoco provee sólo lo suficiente para que subsistamos. Al contrario, Dios nos bendice tan abundantemente que si permanecemos apegados a Él, con el tiempo, estaremos rodeados de las cosas más maravillosas que podamos imaginar
En una traducción de Salmos 25:13, se nos enseña que quienes honran al SEÑOR habitarán en la casa de la bondad. Por experiencia propia sé que ¡es un lugar maravilloso! Es muy emocionante vivir cada día disfrutando de la bondad del SEÑOR, que es como vivir en un sueño.
La casa que Kenneth y yo disfrutamos hoy, es la casa de mis sueños. Es una gran demostración del amor de Dios por mí, y cada vez que camino por ella, ¡siento ganas de gritar y bailar! Me parecía tan buena para ser cierto. Recuerdo un día cuando la construcción estaba en su etapa final, caminaba alrededor de ella, y pensé: Esto es tan hermoso, siento que estoy soñando; de pronto me percaté que eso está en Salmos 126:1-3:
Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: grandes cosas ha hecho Jehová con éstos, grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.
Dios ha amado tanto a Su pueblo que Su anhelo ha sido que vivan sus sueños. Es lo que deseaba para los israelitas y es lo mismo que desea para su vida y la mía.
Es muy probable que el lugar en donde vive y las circunstancias que lo rodean no sean lo que ha soñado; sin embargo, no permita que eso lo desanime. Recuerde lo siguiente: ése no es su destino final. Dios tiene preparado algo mejor para usted.
Si usted le cree y le obedece, el Señor se encargará de que usted vaya de un buen lugar a otro mejor, hasta que se encuentre rodeado de la manifestación plena de Su amor. Su bondad lo rodeará, y vivirá en sus sueños.