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Pregunta del día

abril 28

Existe algo malo con la astrología?

Es normal querer conocer el futuro.

¿Me sucederá algo malo?, ¿cuándo es el mejor momento para tomar una decisión importante?, ¿debería tener más cuidado hoy?

Durante 3,000 años la astrología ha asegurado tener las respuestas a estas preguntas con el simple hecho de observar las estrellas, el sol, la luna y los planetas. Hoy en día, puedes ver la carta astrológica o el horóscopo en línea, en los periódicos y en libros.

Sin embargo, las Escrituras dicen que la verdadera sabiduría que el ser humano necesita para obtener el éxito en la vida; se encuentra sólo en la lectura de la Palabra de Dios, y escuchando la dirección del Espíritu Santo. El segundo mandamiento, refiriéndose al cielo y a las estrellas, prohíbe hacerse: «…imagen, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo…», (Éxodo 20:4). La astrología aparece en las escrituras como algo ineficaz (Isaías 47:9-14; Daniel 2:27-28), pero no inofensiva (así como en Deuteronomio 18:9-12 encontramos que un hechicero es un astrólogo).

Aunque el origen de la astrología fue en el imperio de Babilonia, durante ese imperio de cautividad de Israel, sus astrólogos y otros hombres sabios no pudieron interpretar un sueño que afligía a su rey Nabucodonosor.

Entonces Daniel, un israelita cautivo del rey que fue colocado entre los hombres sabios, declaró: «No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey; pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos…» (Daniel 2:27-28, NTV). Y con la ayuda de Dios, Daniel reveló el sueño y la interpretación, causando que el rey se postrara sobre su rostro y le expresara: «…En verdad tu Dios es el más grande de todos los dioses, es el Señor de los reyes, y es quien revela los misterios…» (versículos 46-47, NTV).

Dios nos pide mantenernos completamente alejados de la astrología. Y que le dediquemos tiempo a Su Palabra, pues esta es: «… lámpara a [tus] pies; ¡es la luz que ilumina [tú] camino!» (Salmos 119:105). Aprende a ser sensible al ministerio de Su Espíritu Santo. Él irá delante de ti y te guiará (Romanos 8:14). Él te enseñará todas las cosas (Juan 14:26). Y te revelará las cosas que comparten el Padre y el Hijo en el cielo (Juan 16:13-15). ¡Y a medida que lo hagas, alcanzarás la más grande y mejor sabiduría para obtener éxito en esta vida.