Para encontrar una pareja debes tener tanta fe como la que utilizas para obtener cualquier otra cosa en la vida. Esto no debe ser algo que te sorprenda. Pues casarte es uno de los pocos eventos que cambian tu vida de manera drástica; y Dios está sumamente interesado en tu elección. Es probable que ya sepas lo que más le interesa: que tú sólo consideres la opción de casarte con un creyente que esté comprometido con Él (2 Corintios 6:14; Amós 3:3).
Algunas personas quieren casarse, y esperan “ser felices para siempre”. Quizá piensen que pueden cambiar la vida de alguien más. O quizá quieren que una persona esté con ellas, sin considerar cuál es la voluntad de esa otra persona. Sin embargo, ninguno de esos argumentos dará un buen resultado. Ni Dios ni tú, pueden ignorar la voluntad de la otra persona. Dios creó al ser humano para que tome sus propias decisiones. Un matrimonio exitoso comienza cuando ambas personas están dedicadas al SEÑOR y que estén de acuerdo con que casarse, es lo correcto.
Entonces, con esas reglas en mente, puedes basar tus oraciones para encontrar una pareja en las escrituras bíblicas, sabiendo que «…la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios» (Romanos 10:17). Puedes creer por cualquier cosa que la Palabra de Dios prometa. Te recomendamos estudiar y meditar en las siguientes escrituras todos los días, a fin de construir una base en dónde cimentar tu fe:
Génesis 2:18: «Después Dios el Señor dijo: «No está bien que el hombre esté solo; le haré una ayuda a su medida».
Proverbios 18:22: «¿Hallaste esposa? ¡Has hallado el bien! ¡Has alcanzado el favor del Señor».
Isaías 34:16: “…nadie se quedó sin pareja [en cumplimiento] a lo que el Señor había ordenado. Y Su Espíritu los unió” (AMP).
Mateo 6:33: «Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas».
Salmos 37:4: «Disfruta de la presencia del Señor, y él te dará lo que de corazón le pidas».
1 Pedro 5:7: “Echando todas sus preocupaciones [todas sus ansiedades, todas sus inquietudes, todas sus angustias, de una vez por todas] en el Señor, pues Él tiene cuidado de ustedes con gran aprecio y se interesa por ustedes con gran atención” (AMP).
Continúa meditando en estas escrituras, y sintonízate con lo que la Palabra de Dios enseña. Sé un hacedor de la Palabra. Encuentra en ella quién, y qué eres en Cristo. Y a medida que declares y estés de acuerdo con la Palabra, le abrirás la puerta a Dios para que obre a tu favor, y ponga a esa persona especial en tu camino. La paz de Dios en tu corazón, te confirmará quién será la persona correcta para que sea tu cónyuge (Colosenses 3:15).