En las Escrituras no sólo dice cuándo nacieron de nuevo los discípulos, sino también cómo. Quizá la respuesta te sorprenda: Ellos nacieron de nuevo de la misma forma que tú y yo o que cualquier otra persona.
Sabemos que los discípulos estaban y hablaban con Jesús a diario. Pero al igual que todo cristiano, cada discípulo tuvo que aceptar que Jesús resucitó de los muertos, y aceptarlo como su Señor (Romanos 10:9-10). En la Biblia se describe, cómo y cuándo sucedió esto después de la resurrección de Jesús:
«Ese domingo, al atardecer, los discípulos estaban reunidos con las puertas bien cerradas porque tenían miedo de los líderes judíos. De pronto, ¡Jesús estaba de pie en medio de ellos! «La paz sea con ustedes», dijo. Mientras hablaba, les mostró las heridas de sus manos y su costado. ¡Ellos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor! Una vez más les dijo: «La paz sea con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes». Entonces sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo» (Juan 20:19-22, NTV).
Los discípulos vieron a Jesús resucitado y supieron que Él era el Señor. Cuando aceptaron Su resurrección y Su señorío, Jesús sopló sobre ellos y dijo: «Reciban al Espíritu Santo». Este evento es muy importante porque en la Biblia se afirma que cuando nacemos de nuevo, somos sellados con el Espíritu Santo; en otras palabras, el Espíritu Santo viene a habitar en nuestro interior (Efesios 1:13, 4:30).
El Espíritu Santo llega a habitar en cada creyente en el momento en que éste acepta a Jesús como su Señor. La experiencia de la salvación viene antes del bautismo en el Espíritu Santo, del cual se habla en Hechos 2.