La decisión de cambiar de iglesia es muy importante. Dios tiene un plan para tu vida y estar en la iglesia correcta, es importante para el cumplimiento de ese plan. Por consiguiente, tu decisión debería basarse en la oración, y en buscar la sabiduría y la dirección del Espíritu Santo (Salmo 37:23; Juan 16:13).
Es importante que escuches enseñanzas y predicas de manera regular. Como creyente, eres el responsable de que tú y tu familia reciban enseñanzas fieles de la Palabra de Dios no adulterada. Lo mejor es que evites iglesias donde las doctrinas de tradiciones de duda e incredulidad prevalecen. Eso no quiere decir que debes dejar de amar a los líderes y miembros de las mismas o sentirte superior porque no asistes a una iglesia así. Tienes la responsabilidad de permanecer en la brecha en oración, creyendo que Dios los llenará del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual (Colosenses 1:9-14).
En Hebreos 10:24-25, dice lo siguiente: «Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca» (Nueva Traducción Viviente). La razón por la que nos reunimos es para exhortarnos los unos a los otros a vivir en amor y en buenas obras. Todo creyente necesita tener comunión con otros creyentes. A medida que fielmente compartimos la Palabra los unos con los otros, ya sea en casa, en la iglesia o en un estudio bíblico, maduraremos y creceremos en el Señor (2 Timoteo 2:15).
Te animamos a vivir en amor, a medida que buscas la sabiduría de Dios para tomar esa decisión.