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Pregunta del día

octubre 09

¿Debería tener la expectativa de morir por Jesús?

Kenneth Copeland ha enseñado que hubo un tiempo en la historia en donde todo el Cuerpo de Cristo estuvo bajo un ataque del enemigo. Durante ese tiempo, muchos creyentes recibieron la unción de Dios para soportar el martirio (morir por Jesús). Él cree que la unción estaba ahí para que no sintieran dolor (por ejemplo, en Hechos 7:60 dice que Esteban sólo durmió). Desafortunadamente, cuando Dios detuvo al espíritu de muerte, aún hay gran parte del cuerpo de Cristo que mantienen “una mentalidad de martirio”. Los creyentes estaban tan acostumbrados a sufrir, que hoy en día continúan pensando que es una necesidad, aunque ese nivel de persecución se haya terminado.

Algunos cristianos aun enfrentan el martirio en áreas en donde continúa la persecución religiosa. Sin embargo, Dios no está buscándonos para que seamos mártires. Su deseo es que vivamos de manera victoriosa como testigos fuertes que ganan almas para el reino de Dios. Y que tengamos comunión con el Padre, lo cual es nuestro propósito principal en la Tierra (Marcos 16:15-18).

De acuerdo con Salmos 91:16, la voluntad de Dios no es que Su pueblo muera antes de su tiempo. Dios nos ha llamado a todos para que terminemos nuestro camino en esta vida (2 Timoteo 4:7-8). El único sufrimiento por el que deberíamos atravesar, es cuando enfrentamos las huestes del enemigo. Sin embargo, aún ahí Dios espera que seamos vencedores (Juan 16:33; 1 Juan 4:4).

Debemos seguir el ejemplo del apóstol Pablo en sufrir por Jesús. Durante toda su vida, sufrió muchas persecuciones y aflicciones; y dijo que todos los que desean vivir piadosamente en Cristo Jesús también sufrirían persecución. Sin embargo, Pablo declaro que el Señor lo libraría de todos ellos (2 Timoteo 3:11-12). En eso debemos enfocar nuestra fe –¡esperar ser liberados!-.

La persecución proviene de Satanás para robar la Palabra, sin embargo, tenemos la autoridad en Cristo para vivir en victoria como vencedor. Leamos 1 Juan 2:14: «…la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al maligno». Toma la decisión de calidad, de darle el primer lugar a la Palabra y la autoridad final en tu vida; deja que viva en ti, y sé un vencedor (Juan 15:7).