Ésta es una pregunta cuya respuesta tendrás que decidir por ti mismo. Pero si escoges ser bautizado, no lo hagas basado creyendo que el bautismo en agua te salvará. El bautismo en agua no es lo que te hace salvo. Lo que nos limpia de todo pecado no es el agua, sino la preciosa sangre que Jesús derramó en la Cruz (Efesios 1:7; Hebreos 9:22; Apocalipsis 1:5) en 1 Juan 1:9, dice que la confesión de pecados es lo que activa el poder del perdón a través de la sangre de Jesús.
El verbo original griego baptidzo significa: sumergir. Sumergir es el ejemplo de un entierro. Ahora bien, aunque algunas iglesias rocían o derraman agua en la ceremonia de bautizo, para que la explicación sea más clara de entender, déjame decirte que el bautismo ocurre cuando un creyente es completamente sumergido y luego es sacado del agua. El hombre viejo queda muerto y sepultado. Y un nuevo ser surge de la tumba, renace para disfrutar una nueva vida a través del poder del Espíritu Santo. Permite que tu decisión se base en tu deseo de testificar por medio de lo que simboliza el bautismo en agua, y de lo que sucedió en tu vida cuando aceptaste a Jesús como tu Señor. El bautismo en agua es una señal visible de la gracia interna que se manifiesta en la vida de una persona cuando se convierte.