Jesús declaró en Marcos 12:17: «Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». En esos días, la moneda que se utilizaba para pagar los impuestos era un denario romano, y tenía plasmada la imagen del César. Debido a que era una moneda del gobierno y tenía un sello del gobierno en ella, le pertenecía al gobierno. Lo que Jesús estaba diciendo era: “Que la moneda del César, le pertenezca a él”.
Hoy en día, nos encontramos en una situación muy similar en lo que respecta a nuestros impuestos. Debemos darle a nuestro gobierno lo que es del gobierno. Dios obrará por medio de nuestro sistema actual de finanzas, y Él honrará nuestra obediencia. Cuando el gobierno solicita cierta cantidad de impuestos de su pueblo, los cristianos tienen la oportunidad de creerle a Dios por el dinero que necesitan. El hermano Copeland anima a los creyentes a que vean los impuestos como una semilla sembrada en el gobierno. Cuando votamos y pagamos impuestos, podemos confiar en Dios que nuestras semillas producirán una cosecha de justo liderazgo en el gobierno. Te animamos a que estudies Romanos 13, para obtener una mayor perspectiva del papel de los cristianos en el gobierno.