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Pregunta del día

agosto 04

¿Cómo descubro el llamado de Dios para mi vida?

Los creyentes invierten mucho tiempo y energía haciéndose esa pregunta. Sin embargo, la respuesta será la misma, no importa el tipo de dones o talentos que tengas: Fuiste llamado para ser de bendición a los demás.

En realidad, la única razón por la que el Cuerpo de Cristo aún está en la Tierra, es para bendecir a los demás. Somos miembros de Su ejército, así que ¿cuál es nuestro llamado? Estamos en una misión, en la cual debemos poner en práctica nuestra autoridad sobre el poder de las tinieblas, esparcir la luz del evangelio, y liberar de las garras del diablo a un mundo perdido.

No estamos aquí para llevar a cabo nuestra voluntad o para dejarnos atrapar por el sistema de este mundo. Estamos aquí para llevar a cabo la comisión de nuestro Señor y Salvador; y podemos tener la plena confianza de que Él nos proveerá para hacer lo que nos comisionó, no de acuerdo con los escasos recursos de la economía de este mundo, ¡sino de acuerdo a Sus riquezas en gloria!

Mientras más renueves tu mente a esta verdad, más podrás vivir conforme a ella a diario. ¿Y qué tan lejos podrás llegar? ¿Podrías cambiar por completo tu forma de pensar, dejando atrás la mentalidad de este mundo para vivir como un ciudadano del cielo en la Tierra?

Eso es posible, y puedes verlo al prestarle atención a lo que el diablo ha logrado en el lado opuesto. Después de todo, él no puede crear nada. Sólo puede adulterar las cosas que ya existen. Así que, es justo decir que, si puede hacer algo en el espíritu, en el alma, y en el cuerpo de una persona que no es salva, puede hacer algo mucho más grande en ti.

Recientemente, medité en eso cuando escuché una frase hecha por el perpetrador de un tiroteo masivo. Él dijo que cuando estaba matando a las personas, en realidad pensó que estaba jugando un video juego. Sin embargo, no se dio cuenta de la realidad hasta ver que las víctimas estaban muertas.

Entonces, ¿Qué hizo que este joven estuviera tan engañado?

Comenzó enfocándose en los video juegos violentos, hasta convertirse en un muy buen jugador de ellos. Los jugó una y otra vez, hasta que pudo jugarlos sin ni siquiera pensar en ellos. Puso su mente en ellos hasta que se convirtieron en parte de él, a tal punto de convertirse en su realidad.

Eso es algo trágico… pero aquí está el otro lado de la moneda. El diablo no tiene nada nuevo. Sus cosas son como una moneda bajo valor en el sistema que Dios ya ha diseñado. Así que, si pudo convencer a ese joven de que sólo estaba jugando un video juego —lo cual era una mentira—, entonces ¿cuánto más podrá el Espíritu Santo darte poder para renovar tu mente con la Palabra?

¡Lo que obra en ti es lo verdadero! En lugar de conformarte con este mundo, puedes ser transformado al renovar tu mente, a tal punto que empieces a pensar, hablar, y actuar como si estuvieras sentado en el trono de la gracia junto a Cristo. Imagínate la diferencia que podrías marcar en el mundo si pensaras, hablaras, y actuaras de esa manera.

Una vez que empieces a actuar de esa manera —en ese tipo de realidad, con ese tipo de mentalidad—, entonces sólo tendrás que pedirle al Espíritu Santo que te provea la visión para que puedas cumplir con tu llamado. Es probable que te guíe a cualquier cantidad de empleos o industrias, sin embargo, tu llamado será el mismo —ser de bendición para los demás, y ayudar a guiar al perdido a que se comprometa a tener una relación con su padre celestial.

Así que, no pierdas tu energía y tu tiempo, dudando y esperando descubrir tu llamado. Ocúpate en cumplir EL llamado de bendecir al mundo y guiarlo hacia la verdad. No existe otro llamado más grande, ni mayor satisfacción. ¡Así que ponte a trabajar!