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Pregunta del día

octubre 02

¿Dice en el Antiguo Testamento que Dios utiliza la enfermedad para disciplinar al ser humano?

Ciertamente, una de las cosas que ha hecho que las personas se pregunten si Dios causa la enfermedad, es la forma en que están redactados algunos versículos bíblicos en la Versión Reina Valera 60. Por ejemplo, en Deuteronomio 28:61, leemos: «Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido».

Eso definitivamente, apunta a que es Dios quien causa la enfermedad. Pero en su libro Hints to Bible Interpretation (el cual no se ha reeditado), y en su libro Young’s Literal Translation of the Bible (en su 3era. impresión, 1977), el Doctor Robert Young explica que el lenguaje hebreo contiene frases que no pueden traducirse al inglés, y tampoco pueden entenderse de manera apropiada. Y en esa época, había muy poco entendimiento en los verbos permisivos y causativos.

El versículo de Deuteronomio 28:61, el Doctor Young explica que en la Versión Reina Valera el verbo se tradujo como causativo (“Yo enviaré”), y debió haberse traducido con un verbo permisivo (“Yo permitiré»). Para ser más específico, ese versículo debió haberse traducido: “Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová permitirá que descienda sobre ti, hasta que seas destruido”.

Por supuesto, eso nos conduce a una pregunta similar: “Aunque Dios no es la fuente de la enfermedad, ¿acaso no es a Él a quien se le atribuye el crédito por permitirle al diablo enfermarnos?”.

Sólo desde el punto de vista de la autoridad del ser humano: Dios lo permite, porque nosotros lo permitimos. Pues Él nos ha dado el libre albedrío de tomar nuestras propias decisiones (Deuteronomio 30:19). Adán experimentó la enfermedad hasta que, por su propia voluntad, le desobedeció a Dios. La enfermedad es parte del dominio de la oscuridad que Adán permitió que entrara a la Tierra, y él se la transmitió a todos los seres humanos.

El plan de Dios no era manipular al ser humano amenazándolo con la enfermedad, sino enviando a Jesús para que tomara nuestras enfermedades, y soportara nuestros dolores y sufrimientos. Los regalos buenos y perfectos provienen de Dios. No importa qué te haya enseñado la tradición humana; las enfermedades y los dolores no provienen de Dios…en ningún momento, de ninguna forma, y por ninguna razón. Pues somos redimidos.