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Pregunta del día

enero 05

¿Escucha Dios mis oraciones?

No es raro que las personas se pregunten si Dios escucha sus oraciones. Sin embargo, no debemos permitir que los sentimientos tengan la palabra final. Pues la Palabra de Dios muestra una realidad muy diferente.

La Palabra dice: «Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones» (1 Pedro 3:12). Asegurémonos de que entendemos quiénes son “los justos”. Justicia no significa hacer sólo lo correcto, es la posición de justicia ante Dios.

Te pones en esta posición de justicia por la fe en la sangre de Jesucristo que fue derramada (2 Corintios 5:21). Gracias a la justicia que Dios te dio, tienes el mismo derecho que Jesús de recibir la respuesta de tus oraciones. ¡Tus oraciones son tan válidas como las de Él!

Gracias a que Jesús te hizo justo al derramar Su sangre a tu favor, en Hebreos dice que ahora puedes acercarte con valentía al trono de la gracia, a fin de que obtengas misericordia y halles gracia para ayudarte en tiempos de necesidad. Préstale atención a la palabra valentía. Significa sin intimidación o sin un sentido de inferioridad, ni falta de méritos.

Imagina a Jesús acercándose al trono de la gracia contigo, cuando diriges tu oración al Padre. Él es tu Mediador. En Timoteo 2:5, dice que Él clama o intercede por ti con el Padre. También es tu Sumo Sacerdote (Hebreos 4:14) y tu Abogado (1 Juan 2:1). Te puedes acercar a Dios con valentía; gracias a lo que Jesús ha hecho y está haciendo por ti, y no por tus propios méritos. Por esa razón, Dios escucha y responde tus oraciones.

También, debes recordar que existe una manera correcta y otra incorrecta de orar. Si oras exactamente de acuerdo con la Palabra, siempre podrás estar seguro que recibirás lo que le pidas a Dios. Lee Juan 14:13-14, 16:23-24 y 1 Juan 5:14-15. En estos versículos encontrarás que es importante que ores al Padre en el nombre de Jesús, cómo orar de acuerdo con la Palabra de Dios, y cómo orar basado en tu relación con Jesús; y no en tus propios méritos.

¡Dios sí escucha tus oraciones!