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Pregunta del día

noviembre 05

¿Está mal practicar el método Pilates?

Joseph Pilates desarrolló el Método Pilates (o simplemente: Pilates) como una disciplina física a principios del siglo 20. Pilates nombró a su método: “Contrología”, pues creía que su método usa la mente para controlar los músculos.

Esta metodología fue desarrollada durante la I Guerra Mundial, y su propósito era mejorar el programa de rehabilitación de muchos veteranos que regresaban a sus hogares. Pilates creía que la salud mental es esencial en la salud física, y viceversa. Él recomendaba unos cuantos movimientos precisos enfatizando el control y la forma para ayudar a los soldados heridos a recobrar su salud al fortalecer, estirar, y estabilizar los músculos claves.

Parecía que Pilates no tenía los componentes espirituales que algunos programas de estiramiento tenían. Y no existe nada que nos indique que Joseph Pilates era o no cristiano. A continuación, te presento una cita muy popular de Joseph respecto a su programa:

«Exhorto a quienes están interesados en que nuestra humanidad tenga un futuro de bienestar, a que ayuden a poner mi método de educación de práctica física ante el público quien es el que obtendrá el mayor beneficio, con el fin de que vean y analicen mi invento de producción de salud. Para que la raza humana pueda disfrutar las bendiciones de Dios —salud y gozo—».

No encontramos ninguna enseñanza espiritual negativa en Pilates. Si estás pensando involucrarte en un gimnasio o clase de Pilates, puedes tomar en consideración la atmósfera del lugar, así como examinarías la atmósfera de cualquier otro gimnasio para hacer ejercicios, o un club de tenis antes de inscribirte. Los creyentes deberían preguntarse: “¿Puedo mantener mi conducta cristiana y ser una influencia positiva en las personas que están en este ambiente, o seré influenciado por los que no son creyentes a mi alrededor?”. El objetivo de los creyentes, es ser una luz del amor de Dios para aquellos que los rodean.

En 1 Corintios 10:31, dice: «Así que, si ustedes comen o beben, o hacen alguna otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios». Como cristianos, debemos poner a Dios en primer lugar en todo lo que hagamos, y nuestra vida se convertirá en una representación de alabanza viva para Él. Podemos alabarlo, y pensar en las bondades de Dios y Su Palabra mientras realizamos muchas cosas —¡incluso cuando estemos haciendo ejercicio!—.