Dios está llamando personas de todas las denominaciones para que tengan una vida de poder. Y está revelándonos cómo vivir de manera victoriosa —todos los días, en tiempos buenos y malos—. La fe en la Palabra de Dios cambiará tu vida.
Algunas personas utilizan la fe para nacer de nuevo, luego la dejan a un lado y nunca más la vuelven a usar. Si eres uno de los que hacen eso, nunca podrás hacer que los principios espirituales obren a tu favor.
Cada uno de los apóstoles de Jesús obró por medio de la fe. Sin embargo, la fe de ellos no consistía en un tipo especial de fe. Pues era el mismo tipo de fe que tú y yo tenemos (2 Pedro 1:1).
Ten en cuenta que, Dios no te hizo de menos y te dio un tipo de fe inferior sólo porque naciste 2,000 años después de los apóstoles. Pues, como creyente nacido de nuevo, tienes el mismo tipo de fe de Pedro, Santiago, Juan, Pablo, y cualquier otro cristiano que sea mencionado en el Nuevo Testamento.
Cada aspecto de tu vida espiritual ¡depende de la fe en la Palabra de Dios! Y si no estás viviendo por fe, el poder de Dios está por completo contrarrestado en tu vida. Pues no podrás llevar a cabo obras maravillosas a tu favor. Puedes asistir a la iglesia todos los domingos, leer tu Biblia todos los días. Pero si la Palabra que estás leyendo y escuchando no conlleva fe, no obtendrás nada de ella. Y eso fue comprobado en el ministerio de Jesús cuando fue a Nazaret y le predicó al pueblo, leamos Marcos 6:5-6: «…no pudo realizar allí ningún milagro…por la incredulidad de ellos…». Analiza esa situación, esas personas tenían al Sanador con ellos, pero no pudieron ser sanados. Tenían al Libertador, pero no pudieron ser liberados.
«Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo» (Efesios 6:10-11). Todas las piezas de la armadura de Dios tienen algo en común: La Palabra de Dios. Sin embargo, de acuerdo con Hebreos 4:2, la Palabra no dará ningún resultado, si no está mezclada con fe. Ninguna de las piezas de la armadura hará algo bueno a tu favor, si no está acompañada de fe.
Tampoco podrás disfrutar el fruto del espíritu, si no estás viviendo por fe. Pedro lo sabía muy bien por eso escribió: «Por eso, ustedes deben esforzarse por añadir virtud a su fe, conocimiento a su virtud, dominio propio al conocimiento; paciencia al dominio propio, piedad a la paciencia, afecto fraternal a la piedad, y amor al afecto fraternal. Por eso, hermanos, procuren fortalecer su llamado y elección. Si hacen esto, jamás caerán» (2 Pedro 1:5-7, 10).
La fe es el fundamento para vivir una vida santa. Sin fe, no tendrás el fundamento para construir estas fuerzas espirituales. De acuerdo con Romanos 14:23: «…todo lo que no se hace por convicción es pecado». Además de eso, a Dios no lo puedes agradar sin fe (Hebreos 11:6). Así de sencillo. Debes tener fe para agradar a tu Padre celestial.
La fe no es solamente un mover temporal que está azotando a todo el mundo. ¡La fe cambiará tu vida! Es un estilo de vida permanente para el pueblo de Dios —un estilo de vida que obra en los buenos y en malos momentos, y cuando nada más está obrando a tu favor—. ¡La fe está aquí para quedarse!
julio 31