En situaciones como ésta, la respuesta apropiada siempre será actuar en el amor y sabiduría de Dios. En la iglesia es muy común encontrarse con personas cristianas que creen que las señales, maravillas, y los dones del Espíritu Santo no son para nuestros días. Ése es un daño que ellos mismos se ocasionan. Pues la Palabra de Dios dice en Oseas 4:6: «Mi pueblo ha sido destruido porque le faltó conocimiento…». Satanás puede robarle a la iglesia, ya que ellos no saben de lo que son dueños ni cómo pueden permanecer firmes para apropiarse de su herencia.
Entonces, ¿cómo deberían responder los cristianos que saben qué les pertenece? Es bueno ayudar a otros cristianos a conocer y a experimentar toda la salvación que les pertenece a través de Jesús. Sin embargo, discutir con un miembro de la familia de la iglesia o compartir la Palabra entre los miembros que están en contra del liderazgo, no dará buenos resultados y traerá contienda. La contienda debe ser prevenida a toda costa, pues ésta le abre la puerta a la confusión y a toda obra perversa (Santiago 3:16).
La Palabra de Dios nos revela un mejor plan. Ora para que los ojos espirituales de los líderes y miembros de tu iglesia, sean abiertos (Colosenses 1:9-14). Sujeta las huestes de Satanás que quieren engañarlos y cegar sus ojos. En Santiago 5:16, dice que: «…La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos» (NTV).
Te animamos a dejar que Dios te use en paz, mientras Él te guía y confirma la Palabra por medio de tu vida de amor. Recuerda, el amor nunca falla (1 Corintios 13:8). Tus acciones y tu vida hablarán más fuerte que tus palabras.