Si se le da la oportunidad, por supuesto que sí. Y puedes estar seguro que Satanás aprovechará cualquier oportunidad que se le dé (1 Pedro 5:8). Existen muchas personas que son oprimidas por Satanás en su mente y otras, en su cuerpo. Satanás no puede leer tu mente, pero sí puede tentarnos con malos pensamientos. Sin embargo, las buenas noticias son que podemos resistir esos malos pensamientos al declarar la Palabra de Dios con nuestra boca.

El hermano Copeland les recomienda a los creyentes que nunca se duerman con temor o con pensamientos de enojo en su mente. Antes de dormir, debemos tomar un tiempo para leer la Palabra de Dios, y dormirnos con buenos pensamientos (Efesios 4:26-27). Si un mal pensamiento persiste, podemos tomar el control de éste, declarando la Palabra de Dios con nuestra boca. La capacidad que Satanás tiene para influenciarnos cuando estamos dormidos, se reduce al no darle lugar a sus pensamientos negativos cuando estamos despiertos.

Dios les habla algunas veces a las personas a través de sueños. Sin embargo, Su intención nunca será causarles temor. Si cuando despertamos, sentimos una sensación de aceleración de ritmo cardíaco después de haber soñado algo, podemos tomarnos un tiempo para orar por ese sueño. Y si ese sueño es importante, podemos estar seguros que mientras oremos y esperemos en el Señor, Él nos dará la interpretación y el entendimiento necesario (Daniel 2:20-23, 28; Juan 16:13).