fbpx

Pregunta del día

noviembre 20

¿Puede una persona divorciada seguir ministrando?

El divorcio no es la mejor opción que Dios tiene para nosotros, sin embargo no es el final de una vida cristiana victoriosa. Lo que ocasiona que una iglesia restrinja a un ministro por ser una persona divorciada, es la instrucción que el apóstol Pablo le dio a Timoteo referente a la elección de obispos o ancianos de la iglesia: «Por esta razón un anciano debe ser un hombre que lleve una vida intachable. Debe serle fiel a su esposa» (1 Timoteo 3:2, NTV). Las iglesias utilizan esta instrucción como una regla imperante para sus líderes, a fin de indicarles que no pueden formar parte del ministerio después de divorciarse o volverse a casar.

Lo que sí debemos comprender con respecto a esta escritura es que en la época en la que se escribió y en la ciudad en la que Timoteo estaba ministrando, no era común que los hombres tuvieran más de una esposa al mismo tiempo. Por tanto, el apóstol Pablo no estaba escribiendo del divorcio, pues les estaba enseñando que si alguno deseaba ser obispo en la iglesia, debía tener una sola esposa. En Romanos 8:1, leemos: «Por tanto, no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús». Como creyentes podemos esperar ser guiados por el Espíritu de Dios y saber que Él no traerá condenación a nuestra vida. Como cristiano divorciado, puedes estar seguro que tienes un lugar especial en el plan de Dios, y que a través de Él, puedes vivir en victoria y cumplir ¡todo lo que Él te ha llamado a realizar!

Si Dios te llamó, permanece a Su disposición. Haz preparativos y prepárate en todo momento (2 Timoteo 4:1-5). Dios, ciertamente, te dará una oportunidad.