2 Corintios 6:14, nos instruye de la siguiente forma: «No se unan con los incrédulos en un yugo desigual. Pues ¿qué tiene en común la justicia con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz y las tinieblas?».

La unidad y el común acuerdo se encuentran entre los valores más altos para alcanzar el éxito en el matrimonio, de acuerdo con la Palabra de Dios. Iniciar una vida matrimonial con una persona que comparte tu fe y tu compromiso, es la clave. Debes estar seguro de cuál es la condición de la otra persona con respecto a este tema. Una persona es nacida del Espíritu si cree con su corazón que Dios resucitó a Jesús de los muertos y ha confesado a Jesús como Señor con su propia boca (Romanos 10:9-10).

No tomes una decisión si no estás seguro de esto. Si te sientes inseguro en cualquier aspecto del compromiso de tu prometido o prometida con Jesús, entonces es mejor que pospongas tus planes y que ores. Sé sensible al escuchar, y Dios te dará la dirección. Permite que Su paz en tu corazón sea el juez y el factor final decisivo (Colosenses 3:15). Puede ser un gran reto casarse con una persona inconversa o con una persona no comprometida. Tu primer compromiso ¡debe ser con Dios y con Su voluntad!

Para que el matrimonio sea exitoso, debe existir mutuo acuerdo en la Palabra de Dios. Si estás pensando casarte, te animamos a que comiencen a estudiar juntos la Palabra y oren con frecuencia por su matrimonio. Esto les ayudará a establecer un buen fundamento para tu vida matrimonial. Entonces, el amor que se tienen el uno al otro, combinado con el amor de Dios, hará de tu matrimonio una unión completa y exitosa.