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Pregunta del día

diciembre 22

¿Cómo puedo dejar de pensar en los deseos de mi antigua manera de vivir?

Antes que nada, debes saber que no estás solo en esa batalla. Como hijos de Dios, ninguno quiere estar lleno de lo que las escrituras llama: “Los deseos de la carne”. En nuestra sociedad, la palabra “deseo” por lo regular está conectada con la inmoralidad sexual. Sin embargo, el término, deseo significa “un fuerte anhelo”. El deseo de la carne, es sólo un fuerte anhelo de seguir el camino del mundo, en lugar de seguir a Dios en cualquier área de nuestra vida.

Recuerda rápidamente lo que has hecho en tu vida desde que te convertiste en cristiano. ¿Te diste cuenta de la batalla que surgió en tu interior? Tú quieres hacer lo correcto; no obstante, parece muy difícil vencer los malos deseos.

Eso sucede porque eres un tripartito. Eres espíritu, tienes un alma (tu mente, tu voluntad, y tus emociones), y vives en un cuerpo. Cuando aceptas a Jesús como tu Salvador, tu espíritu nace de nuevo y recibes una nueva vida. Sin embargo, tu alma y tu cuerpo permanecen igual hasta que heces algo para cambiarlos.

Para cambiar lo que está sucediendo con los impulsos de la carne, y la respuesta del alma; debes saber en dónde se está llevando a cabo la batalla. En la pelea que se da entre el espíritu y la carne, tu mente es el campo de batalla; pues no harás nada en lo que no hayas pensado primero. En Proverbios 23:7, dice que en lo que piensas o meditas, es en lo que te conviertes. Si Satanás puede mantener tus pensamientos enfocados en cosas malas, no tendrá ningún problema para controlarte. Pues tus acciones sólo seguirán la línea de tus pensamientos.

En otras palabras, tú controlas quién ganará. A lo que más le prestes atención y en lo que más pienses, decidirá quién gana la batalla. Es así de sencillo. En Romanos 12:2 dice: «Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto».

¿Se puede en realidad cambiar lo que piensas? Definitivamente. Sólo lee y dedícale tiempo a meditar de la Palabra. El cambio no se obtiene de la noche a la mañana. Por esa razón, necesitas tomar la decisión de calidad de poner la Palabra en primer lugar en tu vida todos los días.

Existen otras cosas que puedes hacer para afianzarte en esta nueva forma de pensar. Aparta tiempo para escuchar la Palabra de Dios ministrada con poder; a fin de permanecer alejado de la música, las películas, los libros, y las revistas negativas. Luego, te darás cuenta que tendrás un enfoque diferente de tus pensamientos. Jesús, quien es la Palabra Viva, se convertirá en algo tan real para ti, que tus deseos cambiarán. Serás fortalecido para vivir en tu nueva vida, ¡y no llevarás a cabo los deseos de la carne!