La clave para vivir libre de la culpabilidad, y de los errores y pecados del pasado; es confesarle nuestros pecados a Dios y arrepentirnos. (Leer 1 Juan 1:8-10, 2:1-2 y 2 Corintios 7:10). Romanos 10:9-10, dice que con la boca se hace la confesión para recibir nuestra salvación. Y de esa misma forma debemos confesar nuestros errores y pecados a Dios, pues Él se encargará de limpiar nuestra conciencia de la culpabilidad (1 Juan 1:9).
¿Qué tan libres nos hace el plan de Dios? En Hebreos 10:17, usando una nota de Jeremías, Dios manifiesta: «…nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones». ¡No puedes obtener más libertad que ésa! Literalmente, Dios no se recuerda de nuestro pasado, pues cuando lo confesamos es removido por la sangre de Jesús (Colosenses 1:19-23; Hebreos 9:11-14).
Si Dios no recuerda nuestro pasado, entonces nosotros tampoco debemos de recordarlo. Satanás tratará de sacar esos pecados y errores, y repetirlos como una película en nuestra mente una y otra vez. Pero recuerda, él es el enemigo del alma (y la mente y la memoria son parte de ella), y debe ser resistido. Debemos olvidar las cosas que están en el pasado, y seguir hacia delante con Dios (Filipenses 3:13-14).
Pon tus pensamientos bajo control de acuerdo con 2 Corintios 10:3-6. Literalmente, puedes hacer que tu mente te obedezca. En lugar de permitirle a tu mente y a Satanás que ordenen tus pensamientos; puedes decirle a tu mente lo que debe pensar (Filipenses 4:8). En Santiago 4:7, dice que debemos someternos a Dios y resistir al diablo, ¡y él (Satanás) huirá!
No sólo puedes resistir los malos pensamientos y rechazar los recuerdos del pecado del pasado; Romanos 12:2 dice que puedes renovar tu mente a lo que Dios declara. El hecho de que tu mente esté llena de culpabilidad y condenación, no significa que Dios esté guardando esos pecados en tu contra. Él ya los olvidó, y tú también debes olvidarlos. Recuerda, Dios es amor y te ama sin importar tu pasado. Así que recibe Su perdón y Su aceptación, perdónate a ti mismo, y deja ir esas cosas que están en el pasado.
Te animamos a renovarte en el espíritu de tu mente, vistiéndote del nuevo hombre, el cual fue creado para ser como Dios —creado en justicia y verdadera santidad— ¡y no le des lugar a Satanás! (Efesios 4:22-27).
julio 07