Te animamos a mantenerte virgen, y a respaldar esa decisión con el compromiso de honrar al Señor con todo tu ser —espíritu, alma, y cuerpo—. Fortalece este compromiso animando a tus amigos a hacer lo mismo, y poniéndote de acuerdo con tu pareja para compartir esos mismos valores y compromisos con respecto a la pureza sexual y el matrimonio.
La Biblia habla rigurosamente y de manera clara en contra de la fornicación, la cual consiste en tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. El apóstol Pablo también habló fuertemente en sus escritos acerca de este tema.
Algunos se preguntan si besarse descaradamente y agregarle a eso otros movimientos físicos también tienen que ver con la fornicación. Aunque muchos de estos actos y expresiones de intimidad física no son fornicación, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: “¿Está bien que yo haga esas cosas?”. La respuesta es que la fornicación no comienza con nuestras acciones externas, sino en nuestro corazón (Mateo 5:28, 12:35, 15:18-20).
Un acto o expresión de intimidad física sigue siendo malo, aunque no sea fornicación. Es malo, si en lugar de edificar tu compromiso con Dios, lo destruye. Es importante comprender que tomar sólo la determinación de hacer algo, no es suficiente. Pues aun la persona con la determinación más fuerte, puede caer ante el poder de la pasión. Así que, abstente de practicar actividades físicas íntimas que despierten y estimulen tu pasión —aquellas que atacan tus determinaciones y tus valores morales, hasta que las acciones involuntarias se conviertan en posibilidades reales—. En lugar de eso, pídele al Señor que te muestre qué puede ayudarte a ti y a tu pareja a edificar tu espíritu, de modo que tu alma pueda tomar buenas decisiones.
Recuerda que cualquier cosa que realices de palabra o de hecho, debes hacerla en el nombre del Señor Jesús (Colosenses 3:17). En 1 Corintios 6:20, dice: «Porque ustedes han sido comprados; el precio de ustedes ya ha sido pagado. Por lo tanto, den gloria a Dios en su cuerpo…». Lee y medita también en los siguientes pasajes bíblicos: 1 Corintios 7:1-9; Gálatas 5:19; 2 Timoteo 2:19-21 y Efesios 5:3.