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Profecías

7 de marzo de 2009

Somos victoriosos

Kenneth Copeland
Campaña de Victoria, Branson, Missouri

(Oración en lenguas) “Necesito gente que en los tiempos de gran opresión sobre la Tierra puedan demostrar y vivir Mi Palabra. Por supuesto, gran revelación vendrá durante el milenio, pero eso está reservado para el tiempo del milenio. Existe una gran necesidad “ahora”, en estos tiempos, mientras los principados y potestades, los gobernadores de las tinieblas y las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes oprimen a las personas y a la humanidad, en la actualidad”.

“Mi revelación es lo más importante en este tiempo. Y no sólo para ahora, sino que lo que están aprendiendo aquí y ahora es de vital importancia para las generaciones venideras, aun después de que Satanás haya quedado en el olvido. Como dije cuando estaba en la Tierra y se encuentra en Mi Palabra —nunca ha habido nada como el cuerpo de Cristo y jamás habrá nada como él—. Lo que sucederá en los tiempos futuros está siendo establecido hoy”.

“Y la razón para ello” —
dice el SEÑOR—, “es porque sus victorias se manifestaron en medio de grandes tinieblas y guerras espirituales. Sus triunfos ocurrieron por medio de Mi PALABRA cuando todos los presentes declaraban que Mi PALABRA no podría lograrlo. Pero lo hizo y jamás habrá otra especie humana glorificada como ésta. Caminarán en Mi gloria, a Mi lado, y todas las generaciones futuras, a lo largo del milenio, a lo largo de las generaciones futuras del nuevo Cielo y la nueva Tierra, se referirán a ustedes diciendo: ‘Allí va uno de ellos. Ahh, ése es uno de los glorificados. Ellos son los que obtuvieron nuestra victoria. Sus llagas son todavía visibles’. Necesito esa revelación en la Tierra. Necesito que Me crean. Los necesito victoriosos y que envejezcan fortalecidos y mueran jóvenes a una edad avanzada”.

“Porque son Mis vasos en la Tierra. Claro que puedo vencer y lo haré sin dudas. Sin embargo, amo y honro a aquellos que han guardado Mi PALABRA, como el Apóstol Pablo cuando dijo que morir e irse con Cristo era lo mejor, mucho mejor. Ahh, pero también añadió que a todos les sería más provechoso que se quedara. Y a todos aquellos que han tomado la misma decisión a través de los siglos, por el bien de sus hermanos, por el bienestar del reino de Dios, del Cuerpo de Cristo y en honor al Trono y del que está sentado en ese Trono, los honraré y los continuaré honrando, y especialmente han obtenido para ellos la corona de gloria”. Aleluya. Alabado sea Dios.

La corona de la vida no se gana en el cielo, ni en el futuro. La corona de la vida se gana en combate, resistiendo la maldición y la muerte. Manteniéndose firme en contra del  pecado, la enfermedad, los demonios, el temor y todas las tinieblas que se han levantado en contra de la Creación de Dios. Y en estos últimos serán manifestados, y muchos de ellos se presentarán delante de Mí para que con gran placer les otorgue su corona. Esto Me bendice, a la humanidad y ciertamente a ustedes. Así que aumenten su fe, alcáncenlo, levanten sus ojos a nuevas alturas. Mantengan su mirada en Mí, avancen y se harán aún más grandes, y será rgistrado en Mi libro por la eternidad. Y lo repito, hay algunos que en el futuro solo sonreirán y proclamarán: ‘Allí va otro glorificado. Oh, Señor, hubiera deseado poder vivir en ese tiempo. Haber podido caminar con los glorificados, conocer al Maestro cara a cara y oírle decir mi nombre de la misma forma en que los nombra a ellos… eso excede toda bendición”.