Sufrí una crisis nerviosa que prácticamente me dejó inutilizada hace 2 años y medio. Pensé que moriría. Me sumergí en la Biblia, la oración y arrepentimiento. También busqué ayuda médica; sin embargo, no pudieron descubrir el origen de la misma.
El Señor me proveyó de gente y profesionales que me apoyaron, pero todavía tenía problemas muy serios. Mi cuerpo me dolía, estaba perdiendo el cabello y no podía caminar ni ver derecho. Había quedado reducida a lágrimas de tormento diarias. Finalmente, el Espíritu Santo me reveló que los medicamentos para la ansiedad me estaban sentando mal, así que busqué ayuda para reducir mi dependencia. En la noche del viernes 10 de Julio, vi la Escuela de Sanidad de la convención de creyentes que tenía grabada. Al día siguiente me levanté con una sensación muy grande de paz y seguridad, y sabía que tenía la fortaleza para dar el siguiente paso. Hoy es el sexto día que no tomo pastillas. Por primera vez en más de dos años no tengo temblores y lloro de alegría, no porque me sienta atormentada. ¡Soy una mujer nueva! Este ha sido un caminar de aprendizaje—en la oración, para olvidar, perdonar y cultivar mi fe. ¡Gracias y Dios los bendiga por los mensajes diarios, los recursos de enseñanza y la oración! Creo y recibo que estoy saludable y plena en espíritu, alma y cuerpo. ¡Gloria a Dios!